Marcos jr gana junto con las dinastías políticas de Filipinas

Cayetano, Binay, Villar: son sólo algunos de los apellidos de los clanes ricos que controlan el gobierno. Tras las elecciones de ayer, una cuarta parte del Senado está controlada por sólo tres familias. Leni Robredo promete una oposición tenaz. La Premio Nobel de la Paz Maria Ressa advierte de los riesgos de la desinformación para otras democracias del mundo.

 


Manila (AsiaNews/Agencias) - La política en Filipinas sigue siendo un asunto de familia: la victoria del hijo del antiguo dictador ha devuelto a la dinastía Marcos al Palacio de Malacañan, la residencia presidencial, pero también han destacado candidatos con apellidos conocidos en el Senado y en los gobiernos locales.

La victoria de Ferdinand Marcos Jr. fue abrumadora: según el recuento no oficial, "Bongbong" (apodo que le puso su padre) habría obtenido 30 puntos porcentuales más que el otro candidato más acreditado, la vicepresidenta Leni Robredo, que se quedó en torno al 30% de las preferencias. El resultado fue mejor de lo previsto, pero no fue suficiente para ganar la carrera presidencial, a pesar de los numerosos llamamientos de la Iglesia Católica de Filipinas, que había apoyado la candidatura de Robredo.

Siguiendo con el tema de las familias dinásticas, Sara Duterte, hija del presidente saliente, ganó la vicepresidencia por goleada, pero esta victoria se daba por descontada, dada la popularidad de la que sigue gozando su padre tras seis años en el cargo.

En la región de la capital, Metro Manila, formada por 16 municipios, sólo un escaño, el de vicealcalde de la ciudad, fue ganado por un candidato que no pertenece a una familia política de larga trayectoria: Honey Lacuna. La ciudad de Makati sigue en manos de la dinastía Binay gracias a la reelección como alcaldesa de Abby Binay, mientras que los Cayetanos mantienen Taguig, donde Lino Cayetano dio paso a su cuñada Lani. La misma historia en Caloocan, donde Oscar "Oca" Malapitan sucedió a su padre: podría seguir así para todos los municipios del área metropolitana de Manila.

Similares los resultados en el Senado, donde una cuarta parte de los escaños -6 de 24- pertenecen ahora a tres familias: el presidente de la Cámara, Alan Peter Cayetano, se unirá a su hermana Pia, mientras que Mark Villar, en su primer mandato como senador, se unirá a su madre Cynthia. También se reincorporan al Congreso los Estrada, tras una salida momentánea con las elecciones intermedias de 2019. El exvicepresidente Jojo Binay, que quedó en el puesto 13, se quedó fuera de la cámara alta por unos pocos votos, a pesar de que las encuestas previas a las elecciones también predecían su victoria.

Para los analistas, estos resultados son "inquietantes". Según diversos estudios, existe una relación entre la elevada riqueza de los clanes políticos y la erosión de los contrapesos democráticos: la concentración del poder en manos de unos pocos favorece las altas disparidades de renta (un fenómeno paradójico por el que se conoce a Filipinas) en un círculo vicioso en el que, al final, la perdedora es la estabilidad democrática, ya debilitada tras el violento y autoritario gobierno de Rodrigo Duterte -activistas de derechos humanos aseguran que las víctimas de la 'guerra contra las drogas' querida por el presidente filipino podrían ser hasta 30.000.

La única esperanza reside en Leni Robredo, que, a pesar de su derrota, parece prometer una oposición tenaz y feroz. Ayer, tras dar las gracias a sus votantes, reconoció el nacimiento de un nuevo movimiento, que en las últimas semanas ha teñido las calles y plazas de rosa, el color de la oposición: "Hemos iniciado algo que nunca se había visto en toda la historia del país: una campaña dirigida por el pueblo". A diferencia de Duterte, Marcos tendrá que lidiar con esta 'ola rosa'.

Pocas horas después del cierre de las urnas, la periodista Maria Ressa, ganadora del Premio Nobel de la Paz, predijo un aumento de la desinformación en Filipinas, la misma que, al presentar los 20 años de dictadura como una "edad de oro", favoreció el ascenso del hijo de Marcos: un factor de extrema importancia no sólo para Filipinas, sino también para el resto del mundo. Para entenderlo, solo hay que remontarse a la elección de Duterte en 2016: "Se trata de un ecosistema global de información. En 2016 fuimos la primera pieza del dominó en caer luego seguida por el Brexit, Trump y Bolsonaro. Ya estamos otra vez: Brasil celebrará elecciones en octubre, Estados Unidos en noviembre. Si caemos, permanezcan atentos, también vendrá por ti”.