Construir el futuro con los migrantes

Mensaje de Francisco para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado que se celebrará el 25 de septiembre. "Ya el profeta Isaías describió a los extranjeros no como invasores sino como reconstructores de Jerusalén". La contribución de los migrantes católicos a la vida de las comunidades que los acogen.

 


Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - No son invasores sino constructores del futuro junto a las comunidades que los acogen. Así invita el Papa Francisco a mirar a los migrantes y refugiados en el mensaje para la 108ª Jornada dedicada a ellos que la Iglesia celebrará el próximo 25 de septiembre. El texto -titulado "Construir el futuro con los migrantes y refugiados"- fue presentado hoy en una conferencia de prensa en el Vaticano junto con un vídeo ilustrativo.

El mensaje está inspirado en un versículo de la carta a los Hebreos que dice: "No tenemos aquí una ciudad permanente, sino que buscamos la futura" (Hb 13,14). “El sentido último de nuestro 'viaje' en este mundo -explica el Papa Francisco- es la búsqueda de la verdadera patria, el Reino de Dios inaugurado por Jesucristo, que encontrará su plena realización cuando Él vuelva glorioso". Y este Reino fundado en la justicia requiere "una intensa obra de edificación, en la que todos debemos sentirnos comprometidos personalmente". “Las tragedias de la historia -afirma el pontífice- nos recuerdan cuán lejos estamos todavía de alcanzar nuestra meta. Pero no por eso debemos desanimarnos. A la luz de lo que hemos aprendido en las tribulaciones de los últimos tiempos, estamos llamados a renovar nuestro compromiso para la construcción de un futuro más acorde con el plan de Dios, de un mundo donde todos podamos vivir en paz y con dignidad.

Nadie debe ser excluido de esta obra, porque su proyecto “es esencialmente inclusivo y sitúa en el centro a los habitantes de las periferias existenciales. Entre ellos hay muchos migrantes y refugiados, desplazados y víctimas de la trata. Es con ellos que Dios quiere edificar su Reino, porque sin ellos no sería el Reino que Dios quiere. La inclusión de las personas más vulnerables es una condición necesaria para obtener la plena ciudadanía”.

Y “construir el futuro con los migrantes y refugiados significa también reconocer y valorar lo que cada uno de ellos puede aportar al proceso de edificación". Francisco cita a este respecto una imagen bíblica del libro del profeta Isaías "en la que los extranjeros no figuran como invasores y destructores, sino como trabajadores bien dispuestos que reconstruyen las murallas de la Nueva Jerusalén, la Jerusalén abierta a todos los pueblos (cf. Is 60,10-11).

Se trata entonces de descubrir en los extranjeros una fuente de enriquecimiento, porque “la historia nos enseña que la contribución de los migrantes y refugiados ha sido fundamental para el crecimiento social y económico de nuestras sociedades. Y lo sigue siendo también hoy", pero ese aporte -precisa- podría ser mucho mayor si se potenciara y apoyara con programas específicos”. Junto con las oportunidades económicas, también están las de crecimiento cultural y espiritual que la presencia de los migrantes brinda a todos: “Podemos madurar en humanidad y construir juntos un “nosotros” más grande. Descubrimos también la riqueza que encierran religiones y espiritualidades desconocidas para nosotros, y esto nos estimula a profundizar nuestras propias convicciones”. Sin olvidar que “la llegada de migrantes y refugiados católicos ofrece energía nueva a la vida eclesial de las comunidades que los acogen. Ellos son a menudo portadores de dinámicas revitalizantes y animadores de celebraciones vibrantes. Compartir expresiones de fe y devociones diferentesrepresenta una ocasión privilegiada para vivir con mayor plenitud la catolicidad del pueblo de Dios”.

Por eso el Papa invita: “Si queremos cooperar con nuestro Padre celestial en la construcción del futuro, hagámoslo junto con nuestros hermanos y hermanas migrantes y refugiados. ¡Construyámoslo hoy! No podemos dejar a las próximas generaciones la responsabilidad de decisiones que es necesario tomar ahora, para que el proyecto de Dios sobre el mundo pueda realizarse y venga su Reino de justicia, de fraternidad y de paz”.