Papa: católicos y budistas deben ser constructores de una 'cultura de paz'

Francisco recibió en audiencia a una delegación de autoridades budistas de Mongolia. Es la primera visita oficial al Vaticano. Fueron acompañados por el prefecto apostólico de Ulán Bator, Mons. Giorgio Marengo. En un tiempo de conflictos, mirar el ejemplo de Jesús y Buda "primeros constructores de paz y promotores de la no violencia".

 


Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- En un mundo “devastado por conflictos y guerras”, como referentes religiosos arraigados en nuestras “doctrinas” tenemos el deber de “suscitar en la humanidad la voluntad de renunciar a la violencia y construir una cultura de paz”, dijo el Papa Francisco esta mañana al recibir en audiencia -en su primera visita oficial al Vaticano- a una delegación de autoridades budistas de Mongolia acompañados por el prefecto apostólico de Ulán Bator, Mons. Giorgio Marengo. Jesús y Buda, recordó el pontífice, fueron ellos mismos los primeros "constructores de paz y promotores de la no violencia".

En un momento histórico en el que se abusa de las religiones y se las usa como pretexto para justificar e incluso perpetrar actos de violencia, el Papa considera que los líderes religiosos tienen el "deber" de promover una cultura diferente. Una cultura que se basa en el perdón y en el rechazo de la violencia, porque la paz es el verdadero "anhelo" de la humanidad. Por eso todos nosotros hoy estamos llamados a ser "discípulos" de los "Maestros" de la no violencia.

La primera visita de una alta delegación del budismo mongol al Vaticano constituye un signo de "esperanza", porque es el testimonio de una tierra con una notable historia de convivencia y diálogo interreligioso. “La paz -observó el pontífice- es hoy el anhelo ardiente de la humanidad. Por eso, a través del diálogo a todos los niveles, es urgente promover una cultura de paz y no violencia y trabajar por ella. Este diálogo debe invitar a todos a rechazar la violencia en todas sus formas, incluyendo la violencia contra el medio ambiente”.

El Papa expresó su gratitud y alentó a "explorar nuevos caminos" para favorecer el diálogo entre el budismo y el cristianismo, donde "la conquista de uno mismo es más grande que la conquista de los demás". La visita ha sido también una oportunidad para celebrar un doble aniversario: el trigésimo aniversario de la Prefectura Apostólica en el país y el establecimiento de relaciones diplomáticas con la Santa Sede, con miras a una creciente colaboración para una “sociedad pacífica”.

Al final de su discurso, el Papa recordó a la comunidad católica de Mongolia, de formación "reciente" y "pequeña en número pero significativa" para una Iglesia comprometida con "la promoción de la cultura del encuentro". En una nación con una "larga tradición" de convivencia pacífica entre religiones, el pontífice invitó a fortalecer "nuestra amistad por el bien de todos". “Mi esperanza - concluyó Francisco - es que esta antigua historia de armonía en la diversidad pueda continuar hoy, mediante la aplicación efectiva de la libertad religiosa y la promoción de iniciativas conjuntas para el bien común. Su presencia aquí hoy es en sí misma un signo de esperanza. Con estos sentimientos, los invito a continuar el diálogo fraterno y las buenas relaciones con la Iglesia católica en su país, por la causa de la paz y la armonía”.