Las barreras aduaneras se mantienen: la Unión Euroasiática no despega
de Vladimir Rozansky

Junto con la cuestión de la libertad de circulación interna, el problema es planteado con fuerza por los kirguises. Los países miembros acusan a Rusia de favorecer a socios ajenos al bloque económico. Los kazajos del lado de Moscú: llegan al 80% de apertura de rutas comerciales internas.


AsiaNews (Moscú) - Las barreras aduaneras y el mercado interno fueron los temas principales de la cumbre virtual de la Unión Económica Euroasiática (UEE), una de las estructuras postsoviéticas que desde 2015 reúne a Rusia, Bielorrusia, Kazajistán, Armenia y Kirguistán. Los rusos la crearon como un espejo de la Unión Europea como forma de competencia en la economía global.

El presidente de Kirguistán, Sadyr Žaparov, se ha quejado de que el tránsito de la carga comercial de muchos países de fuera de la UEE hacia Rusia es mucho más rápido de lo que se permite a Biškek, a pesar de que la UEE está en vigor ya siete años. En su opinión, "las barreras introducen divisiones entre nosotros y dan una imagen negativa de la UE; creo que esto es inaceptable". Žaparov citó como ejemplo los datos sobre el comercio en el sector agroalimentario, en el que las aduanas favorecen a los países amigos de Rusia, como Turkmenistán y Tayikistán, mientras que para los Estados miembros ni siquiera debería haber controles fronterizos en las fronteras de la Unión.

En cumbres anteriores, Armenia y Bielorrusia también habían planteado la cuestión de la libre circulación de mercancías según los acuerdos fundacionales de la UEE. El presidente ruso, Vladimir Putin, reconoció que las reclamaciones de los demás miembros tenían fundamento, y prometió que se derribarían las barreras en el camino de la integración: "Las instituciones económicas y los organismos reguladores de nuestros países siguen esforzándose por identificar y eliminar las restricciones restantes; en los últimos dos años se han derribado 30 barreras en este ámbito.

Como consecuencia de la pandemia, las medidas de cuarentena han creado a menudo bloqueos por diversos motivos, y en particular la producción agrícola kirguisa ha sido detenida y devuelta en repetidas ocasiones, lo que también crea tensiones políticas entre Moscú y Bishkek. El presidente kazajo, Kasym-Žomart Tokaev, ha defendido más bien la línea de Putin, afirmando que, según las valoraciones de Nur-Sultan, el 80% de las rutas comerciales ya están abiertas. En las recientes negociaciones entre Kazajstán y Kirguistán, algunas restricciones se habían justificado por la lucha contra el contrabando, y ahora se van a superar gradualmente mediante el uso de herramientas de control digital.

La cumbre de la UEE había sido precedida el 26 de mayo por un foro en Biškek, en presencia de Žaparov y Tokaev, con los demás presidentes conectados en línea, en el que el representante kirguís, presidente de turno de la UE, había lanzado el programa para desarrollar las "cuatro libertades" de comercio, servicios, capital y recursos laborales. Según Žaparov, "estos compromisos adquieren especial importancia en las actuales condiciones de creciente tensión en la política internacional y de sanciones selectivas contra nuestros socios".

Putin comentó la cuestión de las sanciones, asegurando que los países euroasiáticos podrán compensar la pérdida de relaciones comerciales con las empresas europeas: "Nuestra economía es ahora sólida y madura tras años de apertura, y podemos ofrecer un terreno fértil a nuestros socios más leales, para nosotros nada cambia; necesitamos sus ingenieros, especialistas y científicos".

También se debatió la posibilidad de transferir más competencias a la Comisión Ejecutiva de la UEE, pero se decidió no precipitarse, ya que no es una estructura gubernamental capaz de tomar decisiones autónomas. El politólogo kirguís Ruslan Akmatbek observa que "es precisamente la presión de las sanciones contra Rusia la que está empujando a Kirguistán a dar pasos decisivos en la transformación de su economía, mientras los efectos en Rusia no se sientan todavía con demasiada fuerza". El académico explica que "la UEE ha seguido siendo hasta ahora un mercado artificial, al servicio de los intereses de Rusia, ahora tendremos que aprender a defender mejor nuestros intereses". El primer ministro kirguís, Akylbek Žaparov, calificó esta fase como "un giro de la civilización de Occidente a Oriente, Asia será el nuevo centro de gravedad mundial: si la ventana de Europa se cierra, la de Asia se abre de par en par".