Phnom Penh, una iglesia para la ciudad de Kampot
de Giorgio Bernardelli

Dedicado a san Agustín, el templo fue consagrado el 4 de junio por el vicario apostólico Mons. Schmitthaeusler. El párroco, padre Tavola (PIME) explicó que es  “un signo de madurez de una pequeña comunidad. Hace veinte años aquí no había ni un solo católico. Hoy asisten a nuestra escuela 200 niños de todas las religiones. Y los domingos jemeres y vietnamitas asisten juntos a misa”.

 


Kampot (AsiaNews) - Una iglesia que se puede reconocer con facilidad incluso por la forma del edificio, en un lugar donde hace veinte años no había ni siquiera un católico. La pequeña comunidad católica de Kampot, ciudad del sur de Camboya ubicada frente al golfo de Siam y no lejos de la frontera con Vietnam, está viviendo una verdadera transformación. El sábado 4 de junio, vísperas de Pentecostés, el vicario apostólico de Phnom Penh, Mons. Olivier Schmitthaeusler presidirá la consagración de la iglesia de San Agustín. Es una zona que conoce muy bien, porque a principios de la década de 2000 él mismo se instaló allí como misionero de las Missions Entrangèrs de Paris, junto con otro sacerdote del vicariato, en una casa que pronto se transformó en un albergue para acoger a los jóvenes que llegaban a la ciudad desde la provincia de Kep para estudiar. Y en torno a esa amistad nació una pequeñísima comunidad cristiana que hasta ahora celebraba la Eucaristía en un ala de esa casa.

"La iglesia de San Agustín no puede contener más de 150 fieles. Pero es un importante signo de madurez”, dice el actual párroco, el p. Gianluca Tavola, misionero italiano del PIME en Kampot desde 2009. “Su presencia física es una forma de decir a todos: es una comunidad pequeña, joven, pero nosotros también estamos aquí”. Camboya es un país de gran mayoría budista. La región tiene cerca de 600.000 habitantes, se encuentra dentro del "sector pastoral" de Kampot -uno de los 9 en que se divide el vicariato apostólico de Phnom Penh- y los católicos son hoy poco más de 300. Es una semilla pequeña, pero está germinando en una zona en profunda transformación debido al fuerte crecimiento de la actividad turística en la costa.

La iglesia de San Agustín -"un joven converso como tantos de nuestros cristianos", comenta el padre Tavola- se convertirá en el corazón de todo lo que gira en torno a la comunidad. En efecto, en el centro pastoral de Kampot se acaba de terminar la construcción del nuevo edificio escolar: un jardín de infantes para niños de 3 a 6 años y una escuela primaria hasta sexto grado. Asisten un total de 200 niños y la casi totalidad de ellos provienen de familias no cristianas. Debido al confinamiento de los últimos meses, todas las inauguraciones tuvieron que postergarse un poco y por eso recién el 17 de junio también se cortará  la cinta de esta estructura. y el 3 de julio, a pocas decenas de kilómetros, en la aldea de Chumkirì -donde hay una iglesia que también se encuentra dentro del sector pastoral de Kampot- será inaugurada la Casa de la Caridad, que se construyó con la ayuda de la Fundación PIME. Aquí ya se comenzó en enero a atender enfermos y niños discapacitados, incluyendo algunos que padecen enfermedades mentales y cuentan con un servicio especial atendido por los misioneros de Maryknoll.

Y también hay otro hecho interesante sobre la nueva iglesia de Kampot: "Junto con el pequeño grupo de cristianos jemeres -cuenta el padre Tavola-, asisten a la misa dominical tres familias de católicos vietnamitas que vinieron a trabajar. Si nuestros jemeres son en su mayoría jóvenes, que se acercaron a la fe hace pocos años y todavía están conociendo la vida cristiana, el grupo de vietnamitas tiene una fe más sólida a sus espaldas. Vistos en conjunto son más o menos el mismo número y  -a pesar de las heridas de la historia reciente- están bien dispuestos unos con otros, se ayudan entre sí de buena gana. Es un signo muy hermoso para todos”.