Los kazajos aprueban la Constitución de Tokaev
de Vladimir Rozanskij

El 77,1% de los votantes está a favor. Los observadores independientes plantean numerosas objeciones. Se proponen hasta 33 cambios para democratizar el país y superar el actual superpresidencialismo. El presidente Tokaev pretende librarse de la sombra de Nazarbayev, el ex "padre de la patria".


Moscú (AsiaNews) - El 77,1% de los electores de Kazajistán votó a favor de las enmiendas constitucionales propuestas por el presidente Kasym-Žomart Tokaev, mientras que el 18,6% votó en contra. Las cifras fueron anunciadas oficialmente por el presidente de la Comisión del Referéndum, Nurlan Abdirov, en el día de ayer. La mayoría a favor congregó a más de 6 millones de personas, y se afirmó en las 17 regiones del país, haciendo efectiva la aprobación, que requería una mayoría absoluta de votos en al menos dos tercios de las regiones, ciudades republicanas y la capital, Nursultán. En los 65 puntos de votación del extranjero también se confirmó la victoria de la reforma.

El 1,58% de votos nulos reunió a muchos que cuestionan el plebiscito en general y que escribieron en la boleta frases críticas contra el presidente y la casta gobernante. A pesar de todos los esfuerzos de Tokaev por deshacerse de la clase dirigente vinculada a su predecesor Nursultan Nazarbayev, sigue habiendo sentimientos muy hostiles entre la población, especialmente en Almaty y el sur del país. En realidad, los votos nulos serían el 2,58% (más de 200.000 personas), pero muchas papeletas no se contaron "debido a la imposibilidad de determinar la voluntad del votante", como explicó Abdirov.

No faltaron las protestas de los observadores independientes. En muchos casos, las autoridades ni siquiera permitieron su ingreso en los colegios electorales o restringieron mucho sus movimientos. También les impidieron documentar la situación con fotos y vídeos. Hubo varias violaciones del secreto en la votación, muchas papeletas se entregaron sin verificar los documentos de identidad, hubo votaciones en nombre de familiares y doble votación en diferentes colegios electorales. Muchos votantes fotografiaron la papeleta cumplimentada "para presentarse en el trabajo", a menudo tomando la imagen con el teléfono proporcionado por los "inspectores", y varias personas entraron en el colegio electoral preguntando "¿a quién debo votar?", demostrando que no conocían las preguntas del referéndum.

En todas partes, la policía controló los acontecimientos con medidas de seguridad extraordinarias, especialmente en los lugares donde se temían manifestaciones espontáneas, empezando por Almaty, donde la oposición había anunciado acciones de protesta. Los observadores denunciaron la arbitrariedad del accionar de la policía, que incluyó situaciones de hostigamiento y provocaciones contra ellos.

Las 33 enmiendas a la Constitución tendrán que demostrar que son adecuadas para el propósito anunciado por Tokaev, el de la democratización del país, la superación del superpresidencialismo y el fortalecimiento del papel del parlamento y de la sociedad. El valor simbólico del referéndum sigue siendo la superación de la "sacralización del poder" creada por los 30 años de gobierno de Nazarbayev, que perdió su título oficial de "elbasy" (padre de la patria). El "eterno" ex presidente acudió a los colegios electorales, saludó a los presentes, pero no hizo declaraciones.

Recién en horas de la noche, Nazarbayev concedió una breve entrevista telefónica a su politólogo de "confianza" Daniar Ašimbaev, en la que mencionó las acusaciones penales contra sus numerosos familiares implicados en los casos de corrupción denunciados en los últimos meses. Descargó toda la responsabilidad en el ex jefe de los Servicios de Seguridad KNB, Karim Masimov, quien supuestamente se inmiscuyó en la gestión de la "Fundación Nazarbayev", una de las organizaciones que, según los investigadores, servía para dirigir el multimillonario imperio empresarial de la familia del presidente.

Ahora, el futuro de Kazajistán está en manos de Tokaev. Y si él realmente consigue superar la era de las "satrapías corruptas", podría convertirse en un ejemplo para todos los ex países soviéticos, especialmente los de Asia Central.