Kiev quiere destruir el puente de Putin en Crimea
de Vladimir Rozanskij

La conexión de Kerč une los dos extremos meridionales del mar de Azov. El presidente ruso decidió reconstruirlo tras la anexión de Crimea. Los rusos lo han militarizado por temor a un ataque ucraniano. Kiev admite que no está en condiciones de intentarlo en este momento.


Moscú (AsiaNews) - Entre los muchos lugares estratégicos y simbólicos del conflicto en curso entre Rusia y Ucrania, hay uno particularmente delicado que los rusos están tratando de proteger por todos los medios de los posibles contraataques de sus adversarios. Es el puente de Kerč, también conocido como puente de "Crimea", que une los dos extremos meridionales del mar de Azov: el saliente peninsular de Kerč en Crimea con el de Taman en Rusia, uniendo los dos islotes de Tuzla y Tuzlinskaja Kosa (la "trenza de Tuzla"). Es un enlace ferroviario que fue destruido en 1944-45 por los nazis y triunfalmente reconstruido por Putin en 2018 como cruce para automóviles, duplicándolo nuevamente al año siguiente como tramo ferroviario.

El puente permite conectar las partes este y oeste del territorio, formando también una barrera para la zona costera ucraniana actualmente ocupada casi en su totalidad por los rusos, que de esta manera controlan toda la costa de Azov y las desembocaduras en el Mar Negro. Los ucranianos sueñan con la contraofensiva y la recuperación de los territorios ocupados, y amenazan de diversas formas precisamente con atacar el puente de Kerč para impedir el paso de los rusos. El Ministerio de Defensa ucraniano dijo en los últimos días que "está en posesión de la documentación técnica detallada" del puente, recuperada por la contrainteligencia de Kiev, y ha comenzado a hacerla pública "para el análisis y conocimiento de todos los que estén interesados".

Las aguas cercanas al puente han estado bajo vigilancia de los rusos desde el comienzo de la operación militar en Ucrania, y en los últimos días la alarma ha alcanzado los niveles más altos. Alrededor del puente se han desplegado numerosos buques de guerra y sistemas de radio control para defenderlo de cualquier tipo de amenaza. Las características técnicas de la estructura fueron publicadas en la prensa desde 2017, durante la construcción, y ahora Kiev está difundiendo todos los detalles para alentar los planes de la resistencia ucraniana, tal como explicó a la prensa el general ucraniano Dmitry Marčenko.

Para cruzar el puente, los rusos establecieron desde un principio un sistema de permisos bastante rígido para transportistas y ciudadanos de a pie, fortificaron los accesos terrestres desde ambas orillas así como los islotes de paso, y dejaron algunas embarcaciones de vigilancia permanente a cargo de los servicios de seguridad de la Fsb.

Uno de los comandantes de los barcos de control, Alexei Saulin, declaró a Krym.Realii que fue voluntariamente a Kerch desde su Kostroma natal, ciudad del norte de Rusia, llevado por el entusiasmo por la anexión de Crimea a Rusia en 2014. Además de monitorear la seguridad del puente, una de sus tareas es perseguir a los cazadores furtivos, que aprovechan las nuevas vías de comunicación para incrementar el tráfico ilegal. Uno de los barcos más impresionantes de la zona es el Lamantin, de 112 toneladas, que puede operar con total autonomía durante 10 días consecutivos.

El puesto de observación está situado en el faro del cabo Fonar, dirigido por Vladislav Kočubej. Este afirma que la vigilancia es absoluta, incluso con dispositivos de visión nocturna, "para controlarr no sólo el puente, sino toda la zona que rodea los muelles y el tráfico de paso", con el apoyo de la flota rusa del Mar Negro y submarinos equipados con sistemas hidroacústicos". Los rusos siguen dotando a la zona de sistemas de defensa y vigilancia cada vez más avanzados, y el secretario del Estado Mayor ucraniano, Alexei Danilov, admite que “por ahora no estamos en condiciones de atacar el puente de Kerch, pero si se presenta la más mínima posibilidad, no la dejaremos escapar".