Vicario de Anatolia: refugiados cristianos sin pastores ni lugares de culto
de Dario Salvi

La emergencia migratoria ha "aumentado" en los últimos tiempos y no puede recaer "solo sobre las espaldas de Ankara", afirma Monseñor Bizzeti. Hay que construir una verdadera Iglesia local, con clero y religiosos turcos. El recuerdo de Mons. Padovese a 12 años de su asesinato, para retomar su misión.

 


Milán (AsiaNews)- Preocupación por los refugiados cristianos en Turquía que, a diferencia de los locales, “no tienen lugares para reunirse ni edificios para el culto”, no se pueden mover “con libertad” ni “participar en las celebraciones”. Monseñor Paolo Bizzeti, vicario apostólico de Anatolia y presidente de Caritas Turquía, llama la atención sobre un problema dentro del problema: los refugiados cristianos insertos en un marco de emergencia más amplio. “Porque – explica el prelado en esta entrevista a AsiaNews concedida en Italia antes de regresar a Turquía – el destino de millones de refugiados no puede estar solo sobre las espaldas de Ankara”. Desde los refugiados hasta la pastoral, pasando por el recuerdo de Mons. Padovese, hay muchos temas que reclaman la atención del vicariato, del que dependen -según estimaciones de 2020- poco más de 3 mil fieles. La sede está en Iskenderun (Alejandreta; hasta junio de 2000 se encontraba en Mersin), donde se encuentra la Catedral de la Anunciación; el territorio está dividido en seis parroquias, cuenta con 10 presbíteros (uno de los cuales es fidei donum) y 8 religiosos (de los cuales cinco son mujeres). A continuación, la entrevista con Mons. Bizzeti:

Excelencia, se ha hablado mucho en las últimas semanas sobre una posible ofensiva turca en Siria y una nueva ola de refugiados. ¿Cual es la situación?

La emergencia de los refugiados ha aumentado en los últimos tiempos. Turquía ha sido muy generosa en estos años en términos de hospitalidad, pero el destino de millones de refugiados no puede estar solo sobre las espaldas de Ankara. Es un problema que concierne a todos y no se puede pensar en solucionarlo pagando a un país para que los mantenga, no es honesto ni resolutivo. Por ejemplo: si Italia ha prometido acoger a los afganos que trabajaban para nuestro país antes de que llegaran los talibanes, no puede dejarlos estacionados en Turquía.

¿El tema de la acogida sigue vigente en la población o hay más intolerancia?

El pueblo turco se ha mostrado acogedor, pero en un clima de crisis económica algunos sectores perciben la presencia de millones de personas como una amenaza. El problema existe y es real, dado que hay más de cuatro millones de prófugos y refugiados en el país. Muchos dicen que Turquía no se puede usar como "depósito"; por otra parte muchos problemas que hay en Medio Oriente han sido causados ​​por Occidente, que es el primero que debe asumir su responsabilidad en este proceso.

En este sentido, una nueva operación militar en Siria es un elemento de preocupación...

Siria es un país devastado y dividido, del que Occidente quiere retirarse manteniendo un cierto grado de presencia. La cuestión es que ya no se habla del problema de Siria a nivel internacional; el país ha sido sucesivamente objeto de conquista u olvido a lo largo de los años, apoyando u oponiéndose a la intervención de uno u otro actor externo o brindando apoyo a facciones comprometidas en derrocar a Bashar al-Assad, aunque hoy nos encontremos con el mismo grupo de poder.

En este clima de tensión y preocupación, ¿cómo viven los cristianos en Turquía?

Aquí quiero hacer una aclaración: los católicos turcos, a pesar de ser una minoría, no tienen mayores problemas. Por otro lado los refugiados cristianos son fuente de preocupación, porque superan con creces a los nativos, no tienen lugares de reunión ni edificios para el culto y no pueden circular libremente ni participar en las celebraciones. Esta situación es fuente de malestar. Dificultades ciertamente exacerbadas por el Covid-19 y las restricciones relacionadas con el mismo, pero nos enfrentamos a un problema antiguo: hace mucho tiempo que los refugiados están en Turquía y corren el riesgo de permanecer allí durante mucho tiempo más. Hay que enfrentar el problema y garantizarles una vida digna, incluso con relación a la fe. Son iraquíes, afganos, sirios, iraníes... algunos incluso de África. Necesitamos lugares de culto con pastores que se ocupen de ellos; los cristianos necesitan poder reunirse para momentos de formación, litúrgicos y festivos sin tener que pedir permiso a la policía cada vez que salen de su ciudad. Los refugiados cristianos están agradecidos con el gobierno por su generosa acogida, pero ha llegado el momento de abordar el tema de manera más sistemática a nivel político e institucional. La Iglesia católica no tiene personería jurídica en Turquía, no es un interlocutor oficial y no se puede mover con autonomía, ni siquiera para comprar una sala de reuniones.

Mons. Bizzeti, ¿cuál es la prioridad a nivel pastoral?

Es cada vez más apremiante el desafío de encontrar nuevos sacerdotes y de responsabilizar a los cristianos locales. El principal objetivo de la Iglesia en Turquía es construir una iglesia local y formar a los fieles en la Palabra de Dios y en una teología sólida: un cristianismo que se limita a las celebraciones litúrgicas y se restringe al ámbito de lo sagrado, aquí tampoco tiene futuro.

A principios de mes se cumplen 12 años del asesinato de Mons. Padovese: ¿sigue siendo una figura relevante?

Habíamos organizado un encuentro internacional en 2020 para conmemorar el décimo aniversario de su muerte, pero todo quedó en la nada por la pandemia y estamos pensando cómo retomarlo. Sin embargo, su figura sigue viva, y con su memoria también queremos afirmar la continuidad de la Iglesia de Anatolia a través de las personas que dieron su vida por ella. No se trata de una mera celebración de la persona, queremos mantener viva la memoria de lo que él más amaba, su misión. Por supuesto que es importante recordar el pasado, pero nuestra perspectiva es hacia el futuro.