Diálogo y fraternidad: la misión de Mons. Martinelli en el vicariato de Arabia

El prelado tomó posesión del vicariato y concelebró la primera misa en la Catedral de San José de Abu Dhabi. Agradecimiento a su predecesor, Mons. Hinder, por la "maravillosa obra". Atención a las parroquias y colegios católicos. Custodiar la memoria del documento del Papa y el imán.

 


Abu Dabi (AsiaNews)- “Profunda admiración” por esta tierra de Arabia, que es rica en “numerosas tradiciones” y una “encrucijada de caminos”, donde “personas provenientes de muchas naciones diferentes se encuentran, interactúan y trabajan”, gracias “al respeto, la tolerancia y la convivencia” que promueven sus gobernantes. Con un llamado a la multiculturalidad y la tolerancia, en la tierra donde el Papa Francisco y el imán de al-Azhar firmaron el documento sobre la "Fraternidad humana", el nuevo vicario apostólico del sur de Arabia, Mons. Pablo Martinelli, hizo su ingreso oficial en la Catedral de San José de Abu Dhabi, en los Emiratos Árabes Unidos.

El 2 de julio pasado fue recibido por su antecesor, Mons. Paul Hinder, de 80 años, quien dirigió el vicariato durante más de 18 años desde 2003 y presentó su renuncia por haber alcanzado el límite de edad. Ambos prelados concelebraron la misa solemne.

Mons. Martinelli, de 64 años, miembro de los Frailes Menores Capuchinos de la provincia de San Carlos en Lombardía, ocupó durante ocho años el cargo de obispo auxiliar de Milán (Italia). “Los gobernantes, autoridades y dignatarios de este país -dijo- tienen todo mi respeto por la obra de promoción del espíritu de convivencia y tolerancia”. “Dios ha llamado a todos los seres humanos a vivir juntos como hermanos y hermanas, aunque pertenezcan a culturas, pueblos y religiones diferentes.

“Al comenzar mi función como pastor en este Vicariato -señaló el prelado- quiero expresar mi gran deseo de potenciar el diálogo interreligioso y de promover la fraternidad universal según el espíritu del documento sobre la fraternidad”. Las religiones, aunque diferentes entre sí, "pueden contribuir significativamente a las sociedades de todo el mundo promoviendo la paz y el amor".

Un pasaje de su discurso estuvo dedicado a su predecesor Mons. Hinder, a quien agradeció su "sincera acogida" a su llegada a la tierra de Arabia. “Aprovecho esta oportunidad -prosiguió- para expresar mi profunda admiración por la maravillosa obra que ha realizado  y la sabiduría que ha mostrado durante su ministerio” en una realidad de cerca de dos millones de fieles compuesta en su mayoría por inmigrantes de India, Filipinas y otros países asiáticos.

El prelado destacó luego "la importante labor" realizada por "todas las parroquias" a nivel pastoral, así como "las valiosas aportaciones de los colegios católicos", que constituyen "un punto fundamental de encuentro para todas las personas y para todos creyentes, especialmente para las familias”. En esta realidad hecha de "riquezas" y de situaciones críticas y dramáticas como la de Yemen, resulta "fundamental" el documento sobre la fraternidad, del cual "tenemos el deber de custodiar la memoria", profundizando al mismo tiempo "sus implicaciones culturales, sociales y religiosas".