Mardin: profanaron un antiguo cementerio cristiano, tumbas destruidas

Fuente de AsiaNews: Es "difícil" determinar la "matriz" del ataque, pero constituye un signo de "intolerancia" y es importante capturar a los responsables. El cementerio fue atacado en la fiesta de san Pedro y san Pablo; son tumbas asirias de más de mil años de antigüedad. Huesos de difuntos y objetos sagrados arrojados al exterior, dolor y desaliento en la comunidad local.

 


Istanbul (AsiaNews) - Estambul (AsiaNews) - Tumbas asirias de más de mil años destruidas y profanadas, huesos de difuntos y otros objetos sagrados arrojados al exterior. El nuevo y preocupante episodio de intolerancia contra un lugar cristiano en Turquía ocurrió el pasado 29 de junio, fiesta de san Pedro y san Pablo, pero la noticia recién trascendió en los últimos días. Los cristianos hicieron el amargo descubrimiento cuando visitaban el cementerio ubicado en el barrio de Yemişli del distrito de Midyat, en la provincia suroriental de Mardin, que ya fue escenario de episodios de intolerancia en el pasado reciente.

Una fuente institucional de Turquía contactada por AsiaNews, señaló bajo condición de anonimato, que "es difícil" atribuir una "matriz" clara a hechos de este tipo, que no obstante constituyen "graves signos de intolerancia". “Ahora -prosigue- es importante que la policía abra una investigación y capture a los responsables, para que podamos comprender las cosas con más precisión”. Y es igualmente importante, concluyó, “dar énfasis a la noticia, para evitar que hechos de este tipo caigan en el olvido o queden en la nada”.

Testigos oculares cuentan que la capilla del cementerio, dedicada a los dos apóstoles que la Iglesia celebra el 29 de junio, día del ataque, fue construida en 1967 dentro de un recinto funerario que alberga tumbas que datan del primer milenio. Todos los años la comunidad local -compuesta por cristianos asirios, caldeos y siríacos- visita las tumbas con motivo de la fiesta para rezar y realizar ritos votivos frente a los santos y las tumbas de sus antepasados.

El hallazgo de las tumbas profanadas produjo dolor y desaliento en la comunidad cristiana, que recibió el apoyo y la solidaridad de los yazidíes residentes en la zona, donde en otro tiempo se encontraba la sede del patriarcado ortodoxo sirio de Antioquía que luego fue trasladado a Siria. En la última década, durante la primera fase del conflicto sirio, llegó a la región un flujo constante de prófugos cristianos, en algunos casos con la oposición de la mayoría musulmana.

En el pasado ocurrieron varios episodios de violencia y abuso contra los cristianos en la provincia de Mardin. El último, en orden cronológico, fue el ataque de decenas de musulmanes a una familia asiria -que acababa de celebrar la reapertura de una iglesia histórica después de un siglo- a raíz de una disputa por tierras. También está el caso del monje asirio Sefer (Aho) Bileçen, condenado en 2021 a más de dos años de cárcel por haber ayudado a “una organización terrorista”. En realidad, solo les había dado un pedazo de pan y agua a algunas personas que habían llamado a las puertas de su convento, que según las autoridades turcas eran milicianos del PKK.

La sentencia se emitió en un clima de crecientes violaciones y abusos, con la venta por internet de una iglesia armenia centenaria, la barbacoa en la histórica iglesia armenia de Sourp Asdvadzadzi y la conversión en mezquitas de las antiguas basílicas cristianas de Hagia Sophia y Chora, transformadas en museos después de la fundación de la República Turca por Ataturk. Decisiones controvertidas en el marco de la política de nacionalismo e islam adoptada por el presidente Recep Tayyip Erdogan para ocultar la crisis económica y la emergencia del coronavirus, y conservar el poder.