Tras el éxito del lanzamiento del cohete Nuri -con tecnología desarrollada íntegramente en el país-, el gobierno surcoreano tiene previsto ceder a empresas del sector privado la dirección del programa aeroespacial KARI. Una nueva agencia enteramente dedicada al desarrollo de la "economía espacial" abrirá sus puertas en la ciudad de Sacheon.
Seúl (AsiaNews) - Corea del Sur ha sido reconocida durante décadas como una potencia industrial, una vanguardia tecnológica y un faro de innovación. Desde los semiconductores hasta las telecomunicaciones y los coches eléctricos, el país es un actor clave en muchos ámbitos y las empresas surcoreanas tienen grandes cuotas de mercado. Sin embargo, en el sector aeroespacial, Seúl parecía estar a la cola de otros países de economía avanzada, al menos hasta hace unas semanas.
El 21 de junio, el cohete espacial Nuri, también conocido como KSLV-II, fue lanzado con éxito desde el centro espacial de Naro, en la zona meridional de Corea del Sur. El lanzamiento fue un éxito, y logró poner en órbita dos satélites de prueba. Compuesto en su totalidad por tecnología espacial desarrollada localmente, Nuri ha permitido a Corea del Sur convertirse en la séptima potencia del mundo capaz de realizar esta hazaña por sí misma, desde su diseño hasta su operación. "Tras la comunicación con la estación terrestre del Instituto de Investigación Aeroespacial de Corea (KARI) en Daejeon, se ha confirmado plenamente la capacidad de despliegue del propio satélite lanzado por Nuri", anunció el Ministerio de Ciencia y TICs.
El camino del desarrollo ha llevado años. En octubre de 2021 se llevó a cabo el lanzamiento y puesta en órbita otro Nuri, pero los resultados no fueron satisfactorios. El lanzamiento de 2013, en cambio, había tenido éxito, pero era una versión mucho menos avanzada y seguía dependiendo de la importación de algunos componentes importantes de fabricación rusa.
Con el éxito de Nuri, se abre un nuevo capítulo para la industria aeroespacial surcoreana. El proyecto, a pesar del liderazgo de KARI, fue impulsado por la inversión privada: de los 1.500 millones de dólares invertidos, el 80% procedía de empresas privadas. Hanwha Aerospace se encargó de la construcción del motor, mientras que Hyundai construyó la plataforma de lanzamiento. En total, participaron más de 300 empresas.
Desde este punto de vista, Corea del Sur está siguiendo una tendencia general en el sector de la economía espacial, que para 2040 podría valuarse en 1 billón de dólares, como bien ilustra el ascenso de SpaceX. Ahora, tras el éxito de Nuri, el gobierno surcoreano planea acelerar la transición de la dirección del programa espacial de KARI a empresas privadas. "Invertiremos con audacia para abrir la era de la economía espacial", dijo el presidente Yoon Suk-yeol al felicitar a los ingenieros y científicos que lograron el lanzamiento.
El gobierno ha prometido reformar el sector desde sus bases principalmente evitando que las funciones y proyectos aeroespaciales queden en manos de la burocracia. Por tanto, se planea fusionarlos en una única administración central. La nueva agencia debería abrir sus puertas en la ciudad de Sacheon, un importante centro donde se asientan muchas de las industrias aeroespaciales del país. El objetivo es reforzar la cooperación público-privada. Además, para reforzar la competitividad surcoreana, el presidente conservador ha prometido transferir a las empresas del país las tecnologías de satélites y lanzamientos desarrolladas a lo largo del proyecto Nuri.
Como dijo Lee Jong-ho, el nuevo ministro de Ciencia y TICs, el sector privado desempeñará un papel más importante en las políticas públicas, especialmente en el sector aeroespacial. "En una época en la que la tecnología es soberanía, lo público y lo privado deben consolidar sus capacidades para reforzar las inversiones estratégicas y apoyar y fortificar sin reservas el ecosistema de innovación de la industria, del mundo académico y de la investigación", había dicho cuando asumió el cargo en mayo.