Big Data y control social: un arma de doble filo para el Partido Comunista Chino
de John Ai

Los datos personales son un recurso estratégico para el régimen. Las filtraciones masivas de información ponen en evidencia la ambición de vigilancia global de la sociedad. Pero cuando los datos son controlados por los enemigos de la leadership, podrían constituir un peligro.

 


Roma (AsiaNews) - En junio se vendió en internet una base de datos que contiene la información personal de mil millones de ciudadanos chinos y registros detallados de las llamadas a la policía. El pirata informático afirmó que la filtración procedía de la policía de Shanghai y pedía un rescate de 10 bitcoins (más de 200.000 dólares).

Las muestras contienen información detallada sobre el nombre, número de teléfono, número de documento de identidad, fecha y lugar de nacimiento de los ciudadanos. Según el Wall Street Journal, los registros de llamadas y casos penales se remontan a 1995. Incluyen fraude, robo, violencia doméstica, violación, así como detalles sobre ciudadanos citados por la policía por discutir temas políticos en la web.

La filtración masiva demuestra que las autoridades chinas están a la vanguardia en el mundo en la recopilación de información sobre los ciudadanos, pero no están en condiciones de proteger los datos.

Los analistas de seguridad cibernética afirman que los datos robados llevan más de un año alojados en la nube de Alibaba sin un bloqueo criptográfico. Las autoridades de Shanghái habrían convocado a los directivos del gigante tecnológico, entre ellos el vicepresidente a cargo de la cloud computing, Chen Xuesong. Las acciones de Alibaba cayeron un 7,5% el 15 de julio.

Alibaba es un proveedor de servicios de infraestructura digital del gobierno. Ya en 2016 su fundador Jack Ma había sugerido aplicar los big data a la gobernanza y el control social. Las autoridades chinas han implementado una estricta política de bloqueo y “cero Covid” gracias a un sistema de seguimiento desarrollado por los gigantes tecnológicos.

Las discusiones sobre esta fuga masiva de datos están censuradas en las redes sociales chinas. Las autoridades tampoco respondieron a las preguntas de la prensa. Sin embargo, casos de este tipo ya han ocurrido varias veces en China.

Las leyes aprobadas desde 2016 no han impedido la pérdida de datos e información personal en internet. En gran medida están destinadas a reforzar el control de las autoridades sobre los datos y evitar su fuga al exterior. Los proveedores de servicios de Internet deben conservar los datos de los usuarios dentro de las fronteras nacionales. Por ejemplo, Apple tuvo que crear un centro de datos en el suroeste de China, controlado por una empresa estatal, para almacenar los datos de los usuarios chinos.

Las autoridades chinas apoyan activamente el concepto de soberanía cibernética. En la carrera por el control digital están utilizando varios canales para obtener datos del exterior, por ejemplo operaciones para hackear, penetrar o adquirir empresas extranjeras.

La aplicación china para compartir videos TikTok se volvió viral debido a la polémica sobre la privacidad de los usuarios. Además de la censura, TikTok admitió recientemente que su personal en China puede acceder a los datos de los usuarios en otros países. TikTok niega haber proporcionado datos al gobierno chino, pero las empresas nacionales están obligadas a entregar información a las autoridades en virtud de la ley de seguridad del estado.

La creciente importancia de los big data acelera la intervención de las autoridades, así como el control y la integración más profunda con los gigantes de la web, ya que la información personal se considera un activo estratégico para el control social. Las aplicaciones de mensajería instantánea como WeChat son una herramienta perfecta para la vigilancia y el control de la población.

Sin embargo las bases de datos pueden convertirse en una amenaza cuando están controladas por los enemigos de la leadership. En ese caso las empresas tecnológicas terminan involucrándose en la lucha de poder por el control del Partido Comunista Chino.

Según varios medios de comunicación extranjeros, el vicepresidente de WeChat, Zhang Feng, fue arrestado por compartir la información de los usuarios con Sun Lijun, un viceministro de seguridad pública que posteriormente fue destituido por Xi Jinping. Sun fue acusado de "cultivar el poder personal y formar un grupo de interés" dentro del organismo antifraude del Partido. Supuestamente Sun pidió a WeChat información sobre sus colegas políticos.

La cúpula del régimen también está atenta a un proyecto inacabado de WeChat que utiliza la ciencia de datos para predecir quiénes serán los nuevos miembros del Politburó, el órgano del Partido que toma las decisiones.