Ejecutaron en Singapur la quinta sentencia de muerte en cinco meses
de Steve Suwannarat

Después de la pandemia, la ciudad-estado volvió a ejecutar sentencias de muerte sin actos de clemencia. Se trata de un hombre de 64 años condenado en 2017 por posesión de 33 gramos de heroína. Ante las críticas, el gobierno sigue sosteniendo que la pena de muerte es un elemento disuasorio para los potenciales narcotraficantes.

 


Singapur (AsiaNews) - El ciudadano de Singapur Nazeri Lajim fue ejecutado hoy en la ciudad-estado después de que el tribunal rechazara el último recurso de suspensión de la pena. De nada sirvieron las manifestaciones públicas que hasta el último momento habían pedido un acto de clemencia para este hombre de 64 años, condenado en 2017 por "tráfico de drogas" por poseer 33 gramos de heroína. Según la fiscalía, esa cantidad hubiera sido suficiente para "alimentar la adicción de 400 drogadictos durante una semana".

Esta es la quinta ejecución en cinco meses, tras dos años de suspensión debido exclusivamente a la pandemia de Covid-19. La cantidad de ejecuciones capitales confirma la dureza de la ley de Singapur, sobre todo con respecto a los delitos de drogas, así como la intransigencia en su aplicación.

La edad del condenado fue también en este caso un elemento adicional de disconformidad para los grupos de defensa de los derechos humanos, tal como había ocurrido -con más intensidad y fuerte presión incluso desde el exterior- con la ejecución que se llevó a cabo el 27 de abril, 13 años después de su condena, de Nagaenthran K. Dharmalingam, un ciudadano de Malasia que probablemente sufría una discapacidad mental.

Estas decisiones han elevado las voces de la sociedad civil contra un uso de la ley que se considera excesivamente represivo. Pero el gobierno de Singapur volvió a defender enérgicamente la aplicación de la pena capital. La última vez fue en una entrevista que concedió a la cadena británica BBC el ministro del Interior y juez K Shanmugam, quien sostuvo "la fuerte evidencia" de que las ejecuciones son "un elemento disuasorio eficaz para los potenciales traficantes".