En los astilleros turcos que desmantelan barcos, la mortalidad en el trabajo es 30 veces superior

El Observatorio de seguridad y salud en el trabajo denunció en Smirna 97 víctimas en los últimos 9 años, entre ellas mujeres y refugiados. Mientras tanto, se discute sobre los riesgos ambientales de un contrato para desmantelar un portaaviones del ejército brasileño.


Esmirna (AsiaNews/Agencias) - Según un informe del Observatorio de Seguridad y Salud en el Trabajo (İSİG) al menos 97 trabajadores han muerto en los astilleros durante el trabajo de desguace de buques Aliağa de Smirna en los nueve años transcurridos, en junio de 2013 cuando entró en vigor en Turquía la ley sobre seguridad en el trabajo. Los datos fueron divulgados mientras en el país hay una discusión abierta sobre los riesgos asociados al desmantelamiento de un portaaviones del ejército brasileño en la planta turca. Los grupos ambientalistas han expresado temores de que la operación pueda causar la liberación de toneladas de sustancias peligrosas como el amianto.

Según el informe İSİG difundido por el sitio Bianet, las causas más comunes de muerte entre los trabajadores fueron aplastamiento, explosión, incendio y caída de altura. El año pasado murieron 7 trabajadores en el desguace de barcos. "Cada año - informa el Observatorio - se producen unas 2.000 muertes relacionadas con el trabajo en Turquía. En Aliağa hay unos 1.500 trabajadores en el desguace de barcos. En proporción, la tasa de mortalidad en este sector es 30 veces superior a la tasa oficial de Turquía”.

El trabajo subcontratado y precario es muy común en Aliağa, denuncia el İSİG. Los 11 trabajadores de la construcción y 11 de los 16 trabajadores químicos que murieron en la planta eran subcontratados. Las víctimas también incluyen a dos mujeres y tres trabajadores refugiados.

El año pasado, SÖK Denizcilik se adjudicó un contrato de 1,85 millones de dólares para desmantelar el portaaviones fuera de servicio de Brasil. El barco contiene toneladas de sustancias químicas peligrosas, como amianto, hidrocarburos poliaromáticos, bifenilos policlorados, dioxinas y furanos, y varios metales pesados. El Ministerio de Medio Ambiente de Turquía autorizó la operación, afirmando que los peligros son limitados.