Papa: el colonialismo sigue existiendo; los rohinyás sin ciudadanía son un ejemplo de ello

En la rueda de prensa durante el vuelo de regreso de Canadá, Francisco invitó a observar las situaciones que aún atraviesan las culturas de algunos pueblos considerados inferiores. Confirmó su intención de viajar a Kazajistán en septiembre. En su última parada -a sólo 300 kilómetros del Círculo Polar Ártico- dio algunos consejos a los jóvenes inuits: "Caminen hacia lo alto, vengan a la luz, distingan lo verdadero de lo falso y sean un equipo".


Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - "El colonialismo sigue existiendo hoy en día. Tal vez en el inconsciente todavía hay algo... Siempre tenemos como una actitud colonialista de reducir la cultura de los pueblos indígenas a la nuestra". Lo dijo el Papa Francisco hoy -durante el vuelo de regreso a Roma tras su viaje apostólico a Canadá- al responder a una pregunta de un periodista canadiense. El reportero, de origen indígena, aludió a la "Doctrina del Descubrimiento", que algunos representantes de los nativos le habían pedido expresamente que condenara con una pancarta levantada durante una celebración en la ciudad de Quebec. Debemos "volver atrás y sanar lo que se hizo mal", añadió el pontífice, retomando la petición de perdón por la asimilación forzada, tema que salpicó todo su viaje a Canadá. “Pero sabiendo que el mismo colonialismo todavía existe hoy", agregó. Y citó como ejemplo el caso de los rohinyás en Myanmar. “Ellos son considerados inferiores, no tienen derecho a la ciudadanía. Incluso hoy". Y entonces "algunos obispos me dijeron: cuando nuestro país pide un crédito a alguna organización internacional le ponen condiciones, incluso legislativas colonialistas, que le hacen cambiar un poco su forma de vida".

En la misma rueda de prensa, Francisco debió responder varias preguntas de los periodistas sobre la posibilidad de dimitir. El Pontífice dijo: "la puerta está abierta, es una opción normal, pero hasta hoy no he llamado a esta puerta, no he escuchado pensar en esta posibilidad". Pero eso no significa que pasado mañana no me ponga a pensar, ¿verdad? Pero ahora mismo, sinceramente, no lo sé. El Señor dirá”.

En cuanto a su salud, el Papa volvió a descartar la posibilidad de operarse. "Los técnicos dicen que sí", comentó, "pero está todo el problema de la anestesia, me sometí a más de seis horas de anestesia hace diez meses y todavía quedan rastros. Sobre la posibilidad de nuevos viajes, añadió que "de momento, me gustaría ir a Kazajstán (en septiembre, ed.), es un viaje tranquilo, sin mucho movimiento, es un congreso de religiones. Por el momento todo se mantiene. También tengo que ir a Sudán del Sur antes que al Congo, porque es un viaje con el Arzobispo de Canterbury y el obispo de la Iglesia de Escocia... Y luego al Congo, pero eso será el año que viene, porque es la época de lluvias, vamos a ver... Tengo toda la buena voluntad, pero vamos a ver qué dice la pierna”. 

Pocas horas antes, el último día de Francisco en Canadá estuvo dominado por una reunión con los jóvenes de las tribus inuit en Iqaluit, a sólo 300 kilómetros del Círculo Polar Ártico. En una escuela primaria se reunió en privado con algunos ex alumnos de los internados y renovó su petición de perdón por la violencia que sufrieron. Luego, en su último discurso, el pontífice dialogó con los jóvenes inuits.

"Me gustaría dirigirme a ustedes, al futuro de esta tierra y al presente de su historia", dijo, "como hermano mayor, me gustaría decirles que no basta con vivir de la tierra, es necesario recuperar lo que recibieron como regalo. El Papa les dio tres consejos en particular. 'El primero', enumeró, 'camina hacia lo alto'. Amigo, no estás hecho para vivir, para pasar tus días equilibrando deberes y placeres, estás hecho para elevarte, hacia los deseos más verdaderos y hermosos que llevas en tu corazón: hacia Dios, para amarlo, y hacia tu prójimo, para servirlo. No pienses que los grandes sueños de la vida son cielos inalcanzables. Por supuesto, en la vida uno siempre se encuentra con quienes intentan echar por tierra los sueños: "¿cómo puedo despegar en un mundo que parece ir siempre cuesta abajo entre escándalos, guerras, trampas, falta de justicia, destrucción del medio ambiente, indiferencia hacia los más débiles, decepciones por parte de quienes deberían dar ejemplo? Me gustaría decirte, joven hermano, joven hermana: tú eres la respuesta. Porque el futuro está en tus manos. En tus manos están la comunidad que te ha generado, el entorno en el que vives, la esperanza de tus compañeros, de aquellos que, aún sin pedírtelo, esperan de ti el bien original e irrepetible que puedes aportar a la historia".

Y el segundo consejo fue "vengan a la luz". Hay un choque diario entre la luz y las tinieblas, que no ocurre ahí fuera, en algún lugar, sino dentro de cada uno de nosotros. El camino de la luz exige que el corazón tome decisiones valientes, contra la oscuridad de las falsedades". Pero, ¿por dónde se empieza a distinguir esto? "Puedes empezar preguntándote: ¿qué es lo que me parece brillante y seductor, pero que luego me deja un gran vacío interior? ¡Eso es oscuridad! En cambio, ¿qué es lo que me hace bien y me deja en paz el corazón, aunque primero me pida salir de ciertas comodidades y dominar ciertos instintos? Esto es luz". Distinguir la luz de las tinieblas en nuestro interior es el auténtico rostro de la libertad "el mayor regalo que nuestro Padre nos ha dado junto con la vida". La libertad "que no es hacer lo que quiero y me gusta; no es lo que puedo hacer a pesar de los demás, sino para los demás; no es la arbitrariedad total, sino la responsabilidad".

Finalmente, el último consejo: sean un equipo. “Los jóvenes", comentó Francisco, "hacen grandes cosas juntos, no solos". Y citando a los grandes campeones locales de hockey sobre hielo, observó que incluso en esta disciplina "lo que marca la diferencia es siempre el espíritu de equipo": "moverse juntos, tener la paciencia de tejer densas redes de pases", pero también "dejar espacio a los demás, salir rápidamente cuando es el turno de uno y animar a los compañeros". "Escuchando a los ancianos y aprovechando la riqueza de sus tradiciones y su libertad", concluyó Francisco, "mi deseo es que ustedes abracen el Evangelio que sus antepasados custodiaron y les transmitieron. Y que encuentren el rostro inuk de Jesucristo".