Colombo: los manifestantes abandonan los lugares de protesta
de Melani Manel Perera

Tras una serie de arrestos, los activistas abandonaron por su propia iniciativa el parque urbano Galle Face Green. Algunos insisten en la necesidad de cambiar de estrategia contra Ranil Wicremesinghe. El nuevo presidente está acusado de participar en la tortura de comunistas entre 1988 y 1989.

 


Colombo (AsiaNews) - Los manifestantes de Aragalaya, la "lucha" contra el gobierno de Sri Lanka, retiraron las cuatro peticiones presentadas ante el Tribunal de Apelación en relación con la orden de desalojo que emitió el ejecutivo hace pocos días. La policía local había ordenado que el sitio fuera desalojado antes del 5 de agosto y el Fiscal General había anunciado, por su parte, que las instalaciones no autorizadas serían retiradas antes del 10 de agosto.

Los manifestantes que ocupaban el parque urbano Galle Face Green, cerca de los edificios institucionales de la capital, abandonaron ayer el lugar de la protesta por su propia iniciativa, después de realizar un acto de conmemoración por las personas que se sacrificaron por la causa en los últimos meses.

Quedaron muy pocas carpas y algunas personas que ha declarado que no abandonarían el lugar.

“Después de conseguir el gas, la gente se olvidó de la corrupción y del dinero robado”, declararon a AsiaNews algunos activistas. “Nos hemos mantenido un poco al margen porque nuestra vida está en juego en la lucha por la nación. Muchos nos dijeron que aceptáramos la victoria de haber expulsado a Gotabaya Rajapaksa”.

Se espera que el expresidente de Sri Lanka viaje a Tailandia desde Singapur. El 9 de julio, los manifestantes atacaron y ocuparon la residencia presidencial, obligándolo a escapar.

Varios manifestantes insistieron en la necesidad de cambiar de estrategia: "La táctica que se utilizó para expulsar a la familia Rajapaksa no es adecuada para Ranil", explicaron otros, en referencia al nuevo presidente Ranil Wickremesinghe, acusado de una dura represión contra los manifestantes. Las autoridades locales dicen que los arrestos recientes solo se hicieron contra aquellos que habían violado la ley.

Los líderes religiosos de todas las confesiones realizaron el 8 de agosto una protesta silenciosa contra los arrestos y secuestros del gobierno. “Esta situación en Sri Lanka nos recuerda que el país vuelve a estar sumido en la violencia como en el pasado”, dijo el padre Rohan Silva, director del Centro para la Religión y la Sociedad. "El actual presidente se ha ganado la mala fama de 'asesino de Batalanda'", añadió el sacerdote.

Se acusa a Wickremesinghe de haber participado en los hechos relacionados con el centro de detención de Batalanda, donde decenas de miles de personas pertenecientes al Janatha Vimukthi Peramuna, un grupo comunista militante, fueron torturadas y asesinadas entre 1988 y 1989. Una comisión oficial que investigó los delitos cometidos en esa cárcel recomendó privar a WIckremesinghe de sus derechos civiles, impidiéndole postularse para cargos políticos. Ningún gobierno de Sri Lanka ha emprendido acciones legales en este sentido.