Bagdad: al-Sadr ordena la retirada. Se aleja (por ahora) el espectro de la guerra civil

La violencia de los dos últimos días ha dejado un saldo provisorio de 30 muertos y casi 800 heridos. Para prevenir una escalada el líder chiíta pidió a sus partidarios que se retiren y eviten un mayor derramamiento de "sangre iraquí". Pero la tensión sigue siendo muy alta y los problemas políticos e institucionales tampoco se han resuelto. Fuente de AsiaNews: una situación que "se arrastra desde hace mucho tiempo".

 


Bagdad (AsiaNews)- Irak es un país cada vez más aislado y ensangrentado tras la súbita ola de violencia que desencadenó el anuncio del líder chiíta Muqtada al-Sadr de que quiere abandonar para siempre la vida política. En respuesta, sus simpatizantes invadieron las plazas de la capital, atacaron edificios e instituciones de la "Zona Verde" y se enfrentaron violentamente con las fuerzas de seguridad, en un clima de verdadera guerrilla urbana. En un intento por aliviar las tensiones, el propio al-Sadr intervino  "para disculparse ante la nación y sus habitantes" por la violencia, y pidió a sus partidarios y simpatizantes que se retiraran. "Esto [ya] no es una revolución -dijo en un mensaje difundido por el canal de televisión Najaf- porque ha perdido su carácter pacífico" y "está prohibido derramar sangre iraquí".

Un funcionario del gobierno de la capital, contactado por AsiaNews, confirmó el clima de "fuerte tensión" de las últimas 24 horas, que en este momento parece haberse apaciguado un poco. “Corrían rumores -continúa- que invitaban a estar atentos debido al riesgo de que se produjera una escalada”, porque ninguna de las partes implicadas “quería dar un paso atrás. Es un estado de confusión que persiste y se arrastra desde hace mucho tiempo”.

Middle East Eye (MEE) informó que según fuentes militares la cifra actualizada es de al menos 30 muertos y 750 heridos solo en Bagdad. Pero también se registran tensiones y enfrentamientos en el sur del país, donde la comunidad chiita es mayoritaria. En la capital se escucharon durante horas disparos, explosiones y fuertes enfrentamientos entre partidarios de al-Sadr por un lado y fuerzas de seguridad respaldadas por milicias alineadas con Irán por el otro. La mayoría de los habitantes se mantienen atrincherados dentro de sus casas, respetando el toque de queda impuesto por las autoridades. Los tiroteos y columnas de humo continúan en la Zona Verde, sede de las principales instituciones del gobierno y las representaciones diplomáticas internacionales, pero desde las primeras horas de la tarde -en respuesta al llamamiento de al-Sadr- los manifestantes comenzaron a retirarse.

Algunas aerolíneas internacionales como Emirates Airline suspendieron todas las conexiones con Bagdad durante el día de hoy, preocupadas por la seguridad del personal y los pasajeros. En una nota publicada en su sitio web, los directivos "advierten a los clientes que, debido a los informes sobre disturbios civiles y toques de queda en Irak, los vuelos de Emirates hacia y desde Bagdad han sido cancelados el 30 de agosto".

Irán ha cerrado sus fronteras con Irak y aconsejó a sus ciudadanos que eviten viajar por el momento, teniendo en cuenta también las fiestas de Arbaeen que marcan el final de los 40 días de luto por la muerte del nieto del profeta Mahoma, el imán Hussein. Todos los años millones de iraníes peregrinan a la ciudad santa de Kerbala durante esa celebración, que este año cae el 16 y 17 de septiembre.

Irak se enfrenta a un difícil estancamiento político desde las elecciones de octubre pasado, cuando los sadristas se constituyeron en el principal bloque político pero sin alcanzar los números necesarios para obtener la mayoría real en el Parlamento. Desde entonces el país vive en una especie de limbo porque las distintas facciones no han sido capaces de llegar a un acuerdo para la elección del Presidente de la República, el nombramiento y mandato pleno del primer ministro y la posterior formación del nuevo gobierno. Por otra parte los resultados de las urnas han sido duramente rechazados por el Coordination Framework chiíta (cercano a Teherán), que no ha conseguido llegar a un acuerdo con los sadristas para la elección del sucesor de Mustafa Al-Kadhimi, quien se encuentra a cargo del gobierno en forma interina.