Kuala Lumpur, después de Najib, su esposa Rosmah también fue condenada por corrupción
de Steve Suwannarat

El ex primer ministro está en la cárcel desde la semana pasada para cumplir una condena de 12 años por malversación de dinero de un fondo soberano. Su esposa podría ser condenada a 10 años si no se revoca la sentencia en la apelación. La opinión pública malaya se pregunta si realmente es un ataque a la corrupción que se ha tolerado durante tanto tiempo o una venganza política contra una pareja muy popular aunque controvertida.

 


Kuala Lumpur (AsiaNews) - El ex primer ministro de Malasia Najib Razak ya se encuentra entre rejas desde la semana pasada y su esposa, la astuta e influyente Rosmah Mansor, también fue condenada ayer por corrupción. Rosmah, de 70 años, está en libertad bajo fianza a la espera de dos sentencias de apelación; podría ser condenada a la cárcel y a una multa equivalente a 216 millones de euros tras un escándalo sin precedentes y un largo y controvertido juicio. Ambos cónyuges fueron condenados a 12 y 10 años respectivamente por corrupción.

Najib presidió el Gobierno entre 2009 y 2018 y fue acusado de haber desviado a cuentas de su propiedad grandes sumas de dinero (700 millones de euros) del fondo soberano 1Malaysia Development Berhad, en una operación de blanqueo de capitales. Discípulo de Mahathir Muhammad, quien fue varias veces primer ministro -y sigue siendo, a los 97 años, una figura central de la política de su país- Najib siempre se ha defendido negando todas las acusaciones.

En cuanto a Rosmah Mansor, ésta habría pedido sobornos a una empresa que recurrió a ella para obtener un contrato público multimillonario. La opinión pública y los medios de comunicación de Malasia se preguntan si estas sentencias pueden significar un cambio de rumbo con respecto a una tolerancia a veces descarada de la corrupción y la prevaricación o si, por el contrario, forman parte de un juego de venganza política contra una pareja muy popular pero controvertida, que se consideraba intocable y hacía poco por ocultar su influencia y sus intereses, aunque lo presentara como una decisión "por el bien de el país".

Significativamente, las dos sentencias se conocieron cerca del 31 de agosto, el día que se celebraba el 65 aniversario de la independencia de los británicos. En 65 años Malasia ha crecido y con el tiempo ha sido reconocida como un socio confiable en el exterior, así como una de las principales economías del sudeste asiático y de todo el continente.

En contraste con el crecimiento económico y la valoración internacional por su estabilidad, resulta aún más evidente el conflicto político que le caracteriza desde hace varios años, con la erosión y -por períodos limitados de tiempo- la pérdida de poder de UMNO (Umno (United Malays National Organization), el movimiento que a lo largo del tiempo ha promovido el desarrollo de la comunidad musulmana malaya favoreciendo también su crecimiento demográfico (hoy el 62% de los 30 millones de malayos son musulmanes). Esto ha creado o acentuado los contrastes con las minorías étnicas y religiosas, que se han trasladado al plano político provocando dificultades al propio UMNO y a la coalición Barisan Nasional, de la que forma parte.

Las principales personalidades que surgieron después de la independencia, entre ellas Najib Razak, son las que mejor han sabido coordinar las diversas piezas del mosaico malayo y equilibrar los diferentes poderes (incluyendo a los distintos soberanos de los Estados federados en relación con el Parlamento y el gobierno). Pero en su caso los intereses partidarios y personales, sumado al estilo de vida fastuoso y ostentoso de su esposa, hicieron pasar rápidamente a los malayos de la admiración a la sospecha y por último a la hostilidad. No obstante algunas voces ya anticipan un indulto real o alguna forma de rehabilitación para el exjefe de gobierno.