Contrabandistas abandonan a náufragos rohinyás en la isla de Koh Gluay
de Steve Suwannarat

Los pescadores recuperaron a diez náufragos; otros 41 fueron localizados por los guardacostas. Probablemente los abandonaron en su viaje a Malasia; arriesgaban ser secuestrados y explotados. El éxodo desde la costa de Myanmar y los campos de refugiados de Bangladés parece haberse intensificado en los últimos meses.


Bangkok (AsiaNews) - Localizaron a 51 náufragos de etnia rohinyá frente a la costa sur de Tailandia en las últimas horas. Alrededor de diez fueron rescatados por los pescadores, tras ser avistados en el mar frente a la isla de Koh Bulone. Otros 41 fueron encontrados posteriormente por los guardacostas en la isla de Koh Gluay y llevados a tierra firme.

No está claro si los dos grupos iban a bordo de la misma embarcación, que al parecer se hundió a causa de las tormentas. Tampoco se sabe si proceden de la costa del estado de Rakhine (Arakan, en Myanmar) o de Bangladés. Pero al igual que el último desembarco masivo de unos 60 rohinyás el 4 de junio, el hecho muestra que Tailandia sigue siendo una zona de tránsito -y a veces una escala- en la ruta de los rohinyás que huyen. Tanto de aquellos que escapan de su país de origen tras la ola de persecución de agosto de 2017 como de los que se lanzan a un largo y peligroso viaje por mar en vista de la desesperada situación de los campos de refugiados en Bangladés.

Para muchos de ellos, el destino es Malasia. Sin embargo, el tráfico de personas que suele gestionar su huida y las condiciones del mar les obligan muchas veces a desembarcar en las costas tailandesas. Allí  arriesgan ser secuestrados, detenidos a la espera de un rescate y explotados si no pagan por su liberación.

La connivencia de las autoridades tailandesas con los barqueros quedó demostrada en el pasado, pero últimamente intentan devolver una imagen de credibilidad y legalidad a la situación migratoria. Las autoridades de Tailandia creen que los náufragos identificados son sólo una parte de los pasajeros de un barco que ahora se esconde con el resto de la carga humana y que se encontraría entre las islas que salpican la costa tailandesa del mar de Andamán.

El incidente marca cómo ha aumentado la migración tras el golpe militar en Myanmar del primero de febrero de 2021. Y también muestra cuán insatisfactorios siguen siendo los intentos de Bangladés de alcanzar una solución para casi un millón de refugiados, mediante acuerdos con el régimen militar birmano, con la mediación del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.