Doha y El Cairo dejaron atrás la 'guerra' contra los Hermanos Musulmanes

Una delegación egipcia participó en estos días en el Foro Económico de Qatar. Un sonriente al-Sisi se reunió con el emir de Qatar Tamim bin Hamad al-Thani. Firmaron acuerdos económicos, asociaciones y un memorando de entendimiento de varios puntos. Se refuerza el eje entre los países del Golfo ante las dificultades vinculadas a la pandemia y el conflicto en Ucrania.

 


Doha (AsiaNews) - El fortalecimiento de la relación bilateral, la cooperación económica y un Memorando de Entendimiento (MoU) caracterizado por inversiones estratégicas en numerosos sectores son algunos de los puntos que marcaron la visita del presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi a Qatar, tras años de tensiones entre ambos países derivadas de una relación diametralmente opuesta con los Hermanos Musulmanes. Lo que devuelve cada vez más a Doha al bloque de naciones del Golfo y deja atrás un pasado reciente de choques frontales con Arabia Saudita y de aislamiento económico y diplomático regional.

Al margen del Foro Económico de Qatar, el ministro de Finanzas de Egipto, Mohamed Maait, y su homólogo de Qatar, Ali bin Ahmed Al Kuwari, firmaron un acuerdo de varios puntos. El objetivo, explican algunas fuentes oficiales de El Cairo, es "promover la cooperación conjunta, coordinar visiones, posiciones y políticas financieras a nivel bilateral y en foros internacionales".

El memorando también tiene el propósito de promover el intercambio de conocimientos en los campos de las políticas tributarias, aduaneras y financieras, así como contribuir al logro de los objetivos económicos y de crecimiento. Gracias al acuerdo también será posible regular -y prevenir- la doble imposición entre las partes, con el fin de estimular las inversiones conjuntas.

La visita de al-Sisi a Qatar es solo la última pieza de un complejo juego diplomático entre ambos países y a nivel regional, en el cual el elemento económico ha superado -y archivado- las divisiones internas del mundo islámico. El proceso se ha visto favorecido por la guerra de Ucrania y las repercusiones a nivel diplomático y financiero en toda la región de Oriente Medio, al que se suman los temores de una economía global en retroceso y un futuro geopolítico incierto.

Una foto del presidente egipcio sonriente y estrechando manos en Doha, comenzando por el emir de Qatar Tamim bin Hamad al-Thani, hubiera sido impensable hace sólo unos años. Las relaciones entre El Cairo y Doha se interrumpieron bruscamente, a lo que se sumó una fuerte tensión con la llegada al poder del actual presidente en 2014, tras la destitución de su antecesor Mohamed Morsi, expresión de esa Hermandad Musulmana que apoyaba Doha y enemiga acérrima (además del ejército egipcio) de Arabia Saudita y el Islam wahhabita.

Los conflictos estallaron en 2017, y produjeron una profunda fractura en el interior del Golfo, cuando Riyadh y sus aliados (Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Baréin) rompieron relaciones diplomáticas con Doha, dejándola aislada del resto de la región. Los dirigentes de Qatar siempre han rechazado, al menos de palabra, la acusación de mantener vínculos con los Hermanos, a quienes los otros países consideran un movimiento "terrorista".

En aquel momento Egipto fue uno de los países más activos en atacar a Doha, acusándolo incluso de interferir en los asuntos internos y de utilizar el network al-Jazeera para difundir información falsa y empañar la imagen de El Cairo en el mundo. Muchos analistas consideran que la nueva unidad de propósito es un indicio más de que los gobiernos regionales están dejando de lado los hechos ocurridos en la historia reciente para mirar al futuro con miras a la colaboración y el fortalecimiento de los lazos económicos.

A principios de año se inauguró en la capital egipcia un hotel de lujo financiado por Qatar cuya construcción se había interrumpido hace mucho tiempo por la ruptura diplomática. En junio, el emir realizó su primera visita a Egipto desde 2015. En esa oportunidad Qatar se comprometió a invertir cinco mil millones de euros para reactivar la economía del país de los faraones, que se encontraba en un momento de dificultad debido a las consecuencias de la pandemia de Covid-19 y la guerra de Rusia en Ucrania, países de los que dependía en el turismo y el abastecimiento de cereales.