La decadencia del Congress, un asunto de familia
de Alessandra De Poli

Importantes políticos de larga trayectoria siguen abandonando las filas del partido que dominó la política india durante medio siglo. Las razones hay que buscarlas en la falta de renovación del partido que, por el contrario, ha centralizado cada vez más el poder en manos de la familia Gandhi. Es poco probable que tenga éxito la marcha de Rahul para unir al país contra el BJP.

 


Milán (AsiaNews)- El debilitamiento del Partido del Congreso, el principal partido de oposición en la India, es cada vez más evidente. A finales de agosto Ghulam Nabi Azad, gobernador de la región de Jammu y Cachemira entre 2005 y 2008 y varias veces ministro de sucesivos gobiernos indios, abandonó el Congress con la intención de crear su propio partido, tomando distancia de Rahul Gandhi, hijo de la líder del Congress, Sonia. En 2019 Rahul había renunciado a la tarea de encabezar la agrupación política, que a lo largo de los años ha ido perdiendo cada vez más adeptos.

Por eso a principios de este mes Rahul Gandhi comenzói una marcha de sur a norte por todo el país, cuando faltan menos de dos años para las próximas elecciones generales en las que el Congress deberá desafiar al Bharatiya Janata Prty (BJP) del Primer Ministro Narendra Modi. Tras la dimisión de Azad, un centenar de políticos, funcionarios y diputados de Cachemira abandonaron las filas de Gandhi para sumarse a la nueva agrupación política.

El declive, para algunos, comenzó precisamente en 2014, con el triunfo a nivel nacional del BJP. En 2019, el Congress obtuvo solo 52 escaños de 542 en la Lok Sabha, la cámara baja de la India. En 2020 renunciaron 23 rostros conocidos del partido manifestando, en una carta dirigida a Sonia Gandhi, su discrepancia con la conducción, que en su opinión no acepta las voces discrepantes.

Dirigiéndose a Sonia Gandhi, Azad afirma que Rahul “ha destruido el mecanismo consultivo que existía anteriormente. Las decisiones del partido han sido monopolizadas por un nuevo círculo de aduladores inexpertos, desplazando de sus funciones a todos los líderes veteranos y de larga trayectoria”.

En realidad la primera división del partido se remonta a 1969, cuando la conducción estaba en manos de Indira Gandhi -hija del primer ministro posterior a la independencia, Jawaharlal Nehru- quien fue asesinada en 1984. Indira centralizó el poder en Nueva Delhi y marginó a la oposición interna, lo que provocó la renuncia de varios políticos, que comenzaron a formar partidos regionales de izquierda. Rajiv, el hijo de Indira que la sucedió después de su muerte, continuó en la misma línea e impidió los intentos de reforma.

Rajiv también fue asesinado y, desde mediados de la década de 1990, la conducción del partido casi siempre ha estado en manos de su esposa, Sonia. Por lo tanto, es evidente que el poder se ha ido concentrado en manos de la familia Gandhi. Pero la centralización del poder no ha ido acompañada con la construcción de una ideología alternativa a la del BJP. La fragmentación, sobre todo a nivel regional -como el Trinamool Congress y el National People’s Party- y la falta de una ideología que no sea solo de mera oposición es un problema que no afecta solo a la izquierda india, sino que la falta de un pluralismo representativo de aquellos que no se reconocen en el BJP corre el riesgo de socavar el proceso democrático en todo el país.

Todavía queda mucho camino por recorrer hasta las próximas elecciones, pero lo que se está perfilando es un escenario en el que las únicas alternativas al BJP pueden ser otros partidos populistas, como el Aam Aadmi Pary (Aap) que gobierna Delhi y Punjab, o el más extremista Shiv Sena, cuya base se encuentra en Mumbai y el estado de Maharashtra.

Es difícil imaginar que la marcha de Rahul Gandhi tenga éxito. Denominada "Bharat Jodo Yatra", una marcha para unir a la India, recuerda las anteriores marchas que llevó a cabo el partido desde sus comienzos, en especial las de Mahatma Gandhi en los años 30 contra el dominio colonial británico. Sin embargo, hasta ahora solo ha servido para criticar al BJP por dividir el país por cuestiones sectarias o religiosas

El itinerario tiene 3.570 kilómetros y está previsto que se complete en 5 meses. El día de su partida, en el estado sureño de Tamil Nadu donde su padre Rajiv Gandhi fue asesinado en 1991, Rahul tuiteó: “Perdí a mi padre por la política del odio y la división. No perderé por la misma razón a mi amado país”. Una vez más, todo sigue girando en torno a la familia Gandhi y no a los problemas de la India. Realmente queda un largo camino por delante para que los votantes indios puedan recuperar la confianza en el Congress.