Mahsa Amini: Teherán contrata a milicianos islámicos extranjeros para reprimir las protestas

Los combatientes proceden de Siria, Líbano e Irak y se autodenominan "voluntarios de las tierras islámicas". Dicen que quieren colaborar con los ayatolás para reprimir la disidencia interna provocada por el asesinato de la joven a manos de la policía de la moral. El presidente Raisi anuncia que aplicará mano dura. Al menos 80 muertos y cientos de detenidos.


Teherán (AsiaNews) - Tras haber enviado milicianos a diversas zonas de guerra en Oriente Medio durante años, ahora Irán "recluta" grupos radicales extranjeros y mercenarios de Siria, Líbano e Irak. El objetivo es reprimir la creciente ola de indignación y protesta popular por el asesinato de Mahsa Amini. Los combatientes utilizan el nombre de batalla de "voluntarios de las tierras islámicas" y, en un mensaje publicado en las redes sociales, dicen que quieren unirse al régimen de los ayatolás en Teherán para ayudar a reprimir la disidencia provocada por la muerte de la joven a manos de la policía de la moral. La muchacha, de origen kurdo, se encontraba en la capital de vacaciones con su familia. Fue detenida por una patrulla a la salida del metro porque no llevaba correctamente el hijab, el velo obligatorio.

Mientras continúan las protestas callejeras, reprimidas por la fuerza a costa de un balance -todavía provisional- de más de 80 víctimas, el grupo de milicianos afirma haberse "formado espontáneamente" y dice que sus miembros están "dispuestos a sacrificar sus vidas por el ayatolá Alí Jamenei". Sus miembros son seguidores de Qassem Suleimani, el comandante de la Fuerza Quds asesinado por un ataque estadounidense con drones en enero de 2020. Los grupos de la oposición interna de la República Islámica se refieren a ellos como ‘milicias chiítas radicales’, que reciben órdenes directamente de los Guardianes de la Revolución (Pasdaran).

Durante todo el fin de semana continuaron las protestas, que ahora se extienden a casi todo el país: los ciudadanos condenan tanto la muerte de Mahsa Amini como la violenta respuesta de las autoridades. También hubo manifestaciones en muchas ciudades y capitales extranjeras -Estambul, Glasgow, Londres y Roma, entre otras- donde se entonaron consignas como "hiyab asesino" y "no a la República Islámica de Irán". En estas ocasiones, no es raro ver a mujeres que se cortan el cabello para solidarizarse con las mujeres iraníes. 

En un mensaje de vídeo desde Zúrich -donde preside el jurado del Festival Internacional de Cine local- el director de cine Asghar Farhadi hizo un llamamiento a los artistas de todo el mundo para que muestren su solidaridad con el pueblo iraní "en estos tiempos difíciles". El cineasta premiado con un Oscar dice: "Esta sociedad, y en particular estas mujeres, han recorrido un largo y doloroso camino, y ahora han alcanzado un hito".

El presidente ultraconservador Ebrahim Raisi intervino en las últimas horas para referirse a las protestas, prometiendo una respuesta "decisiva" para acabar con el descontento, tras cortar las comunicaciones y los servicios de Internet en gran parte del país, especialmente en la zona kurda. El líder iraní califica de "revueltas" las manifestaciones callejeras por la muerte de la joven. Dijo que hay que tomar medidas "decisivas" para garantizar la "seguridad y la tranquilidad del país". Cientos de personas fueron arrestadas en la última semana, pero no hay cifras oficiales al respecto; el jefe de policía de la provincia noroccidental de Guilan dijo que sólo en su región detuvieron a 739 personas, de las cuales al menos 60 eran mujeres.

En los últimos días también se produjo la muerte de otra joven símbolo de la protesta en Irán. Nos referimos a Hadith Najafi, quien se hizo famosa por un vídeo viral en el que, sin velo, se ata su espesa melena rubia antes de participar en una manifestación por el asesinato de Mahsa Amini. Según la activista iraní-estadounidense Masih Alinejad, que cita a la hermana de la víctima, la joven de 20 años habría sido alcanzada  "por seis balas en la ciudad de Karaj" por salir a la calle a manifestarse. “Hadis era una muchacha de buen corazón a la que le gustaba bailar", agrega Alinejad. Su único "crimen" fue aspirar a la "libertad" de todos los iraníes.