En el 20º Congreso del Partido Comunista, la ‘vieja guardia’ desafía a Xi

Song Ping, de 105 años, pide que se mantenga la política de reforma y apertura lanzada por Deng Xiaoping. Xi apunta a una nueva centralización de la economía. La mayoría de los críticos del presidente siguen siendo cautos. Nueva purga entre los ejecutores de la campaña anticorrupción de Xi. 


Beijing (AsiaNews) - La "vieja guardia" del Partido Comunista Chino no está de acuerdo con Xi Jinping y hace oír su voz. En un mensaje de vídeo difundido desde mediados de septiembre, posteriormente censurado, Song Ping, de 105 años, afirma que la política de reforma y apertura inaugurada hace 40 años por Deng Xiaoping "es el único camino que asegura el desarrollo y la prosperidad de China, y garantiza la realización del sueño chino".

Como se señala en Nikkei Asia, el ex miembro del Comité Permanente del Politburó en tiempos de Deng utilizó astutamente las mismas palabras que Xi en el pasado. Pero la orientación del líder supremo chino es abandonar las aperturas económicas de Deng y volver a centralizar más la economía. Así lo atestigua su campaña por la "prosperidad común": según los críticos, las promesas de redistribución de la riqueza nacional ocultan en realidad un apriete al sector privado, especialmente a los grandes grupos de alta tecnología que podrían convertirse en un "contrapoder" interno.

Con su llamamiento, Song pretende mantener vivo el legado político de Deng en vísperas del XX Congreso del Partido, que se inaugura el 16 de octubre. Lo más probable es que Xi consiga un tercer (y posiblemente cuarto) mandato en el poder. En la misma línea que Song estarían sus "ahijados" políticos, el ex presidente Hu Jintao y el ex primer ministro Wen Jiabao, así como el actual primer ministro Li Keqiang.

En sus 10 años al frente del país, Xi ha conseguido concentrar mucho poder en sus propias manos, colocando a sus hombres en los ganglios estratégicos del régimen. Ha creado su propio grupo dentro del PCC (la palabra facción en la China comunista se asocia a los caídos en desgracia): incluye a los camaradas de la Universidad de Tsinghua, en Beijing, y a los que colaboraron con él en las provincias de Fujian y Zhejiang, y en Shanghái.

En teoría, el grupo de Xi cuenta con la oposición de las Juventudes Comunistas del primer ministro Li (y del ex presidente Hu), la "camarilla" de Shanghái de Jiang Zemin, el clan de Tsinghua y los "príncipes", los hijos de los primeros líderes del Partido (originalmente el grupo marginal de pertenencia de Xi).

Bo Zhiyue, presidente y fundador del China Institute, señala en ThinkChina que, en realidad, estas "facciones" se han unido en una especie de grupo único con vínculos muy tenues, donde la mayoría de los miembros permanecen en guardia para evitar posibles persecuciones, y para ver si al final Xi será el verdadero ganador de la contienda.

Song envió un mensaje que huele a desafío, dado que hace meses los órganos disciplinarios del Partido amenazaron con severos castigos a los dirigentes retirados que criticaran la línea del secretario general. Y esto también se aplica a los antiguos aliados de Xi. Los fiscales acaban de pedir el procesamiento de Liu Yanping, quien estuvo al frente de la oficina anticorrupción del Ministerio de Seguridad del Estado bajo el gobierno de Xi..

La semana pasada, un tribunal condenó al ex viceministro de Seguridad Pública Sun Lijun a cadena perpetua "por dañar gravemente la unidad del Partido". Sin embargo, la acusación más grave es la de ser el jefe de un círculo de dirigentes políticos "desleales" a Xi, entre los que se encuentra el ex ministro de Justicia Fu Zhenghua, que también fue condenado a cadena perpetua.
 

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