Vicario de Arabia: el viaje del Papa a Bahréin es una 'señal' para el islam chiíta

Para Mons. Hinder, el viaje de noviembre sigue la misma ruta que comenzó en Abu Dhabi y llevó a Kazajistán. Una "estrategia positiva" de acercamiento a las "diferentes corrientes" de la fe musulmana y una invitación a continuar por el "camino" del diálogo y el encuentro. Para el párroco de la Iglesia del Sagrado Corazón en Manama, es una "rara oportunidad" para ser confirmados en la fe.

 


Manama (AsiaNews) - El viaje apostólico del Papa Francisco a Bahrein forma parte de un itinerario que tiene su propia "lógica" y que ha tocado anteriormente "Abu Dhabi, Marruecos, Irak y más recientemente Kazajstán". Esta decisión muestra que "en la mente del pontífice hay una estrategia positiva de acercamiento a las diversas corrientes internas del Islam", para tratar de revitalizar o establecer "un diálogo con el vasto mundo musulmán", explica Mons. Paul Hinder, administrador apostólico del Norte de Arabia (Kuwait, Arabia Saudita, Qatar y Bahrein).

En 2019, como vicario del Sur de Arabia, Mons. Hinder había recibido al pontífice en Abu Dhabi, en su primera visita histórica al Golfo. "La elección de Bahréin entre los países de la región -añade- es también una fuerte señal para el universo chiita" que es mayoritario en el reino (y en algunos casos perseguido), aunque el gobierno está firmemente en manos de una monarquía sunita.

El Papa visitará Bahréin del 3 al 6 de noviembre próximo. El viaje apostólico incluye una misa pública en el Estadio Nacional y un discurso en el “Bahrain Forum for Dialogue: East and West for Human Coexistence”, así como visitas y encuentros en Awali y Manama. En el país árabe hay más de 80 mil católicos sobre un total de 1,4 millones de habitantes (unos 240 mil extranjeros), la gran mayoría de los cuales son inmigrantes del subcontinente indio y de Filipinas. En el interior también hay población cristiana autóctona, algo muy raro en los países del Golfo: cerca de un millar de fieles, en su mayoría árabe-cristianos católicos, que emigraron desde otros países de Oriente Medio al reino entre 1930 y 1950, y que hoy son ciudadanos de pleno derecho.

“La visita a Bahréin fue pensada y solicitada por el mismo rey, que trabaja desde hace tiempo para recibir al Papa”, continúa diciendo Mons. Hinder. Pero también es en una oportunidad "para enviar una nueva señal al mundo musulmán con la intervención en el Foro", aunque los detalles relativos al encuentro "todavía no son muchos".

“Y es asimismo un gesto fuerte hacia los mismos católicos -señala el vicario-, una forma de decirles que no se les olvida, frente a un sentimiento de abandono que a veces surge en nuestras comunidades”. En este sentido, “ver que el Papa se queda tres días es un gesto fuerte y una hermosa oportunidad”.

Con respecto a las diferencias con Abu Dabi en febrero de 2019, Mons. Hinder afirma: “Es una invitación a no bajar los brazos, quiere decir que seguimos en camino, aunque quizás este camino, después de los Emiratos, parecía haberse hecho un poco más lento. Precisamente lo que quiere el Papa es alentarnos, conservando una mirada profundamente realista”. Sin olvidar las múltiples realidades y problemas que aquejan al mundo, desde África hasta Ucrania, el Papa Francisco “sabe que, en cierto modo, el futuro se decide en Oriente”.

Comparándolo con el Vicariato del Sur (Emiratos, Yemen y Omán), el del Norte “es más complicado, ente otras cosas porque no hay una realidad central como la de los Emiratos que, con sus nueve parroquias, constituye un polo de agregación. En Qatar hay una sola parroquia, lo mismo que en Bahrein, en Kuwait son cuatro pero solo hay dos iglesias y luego está la realidad saudita. Aquí -concluye Mons. Hinder- incluso para el obispo es más difícil estar cerca de una comunidad formada por países y características diferentes”.

El P. Xavier Marian D’Souza, párroco desde hace cinco años de la Iglesia del Sagrado Corazón, en Manama, también expresa su entusiasmo y satisfacción. Considera que la visita es "un acontecimiento de esos que ocurre una sola vez en la vida para los católicos del reino y para todo el vicariato apostólico del Norte de Arabia". “Algo -añade- que nunca hubiéramos imaginado ni soñado. Ni siquiera puedo encontrar las palabras para describir los sentimientos que está experimentando nuestra comunidad desde que se hizo el anuncio". Los fieles del país y de los otros países del vicariato "están impacientes por recibir al Papa", porque "les brinda una rara oportunidad de ser confirmados en su fe".

“En Bahréin -sigue diciendo el sacerdote- se construyó la primera iglesia del Golfo, que fue inaugurada en 1939. El reino hay tres iglesias católicas y una de ellas es la catedral de Nuestra Señora de Arabia, la iglesia más grande del Golfo Pérsico”. Por último, el p. Xavier quiere expresar su agradecimiento a las autoridades por permitir esta visita tan importante para todos los cristianos. “Nuestra comunidad en Baréin -concluye- está muy agradecida al rey Hamad bin Isa Al Khalifa por haber invitado al Papa” y “agradecemos también al gobierno por el compromiso y la colaboración que han mostrado para la planificación de la visita y el itinerario” del pontífice.