Vicario de Anatolia: la construcción de una Iglesia diocesana en el camino sinodal

Este fin de semana tendrá lugar en Éfeso y Esmirna el Congreso sinodal de la Iglesia de Turquía, con encuentros, momentos de oración y una solemne celebración eucarística. Mons. Bizzeti hace un balance del trabajo realizado hasta ahora y las cuestiones más urgentes para el futuro. Las familias como el primer lugar para cultivar la fe y dar mayor impulso a la difusión del cristianismo. La cuestión relacionada con el Tratado de Lausana.

 


Estambul (AsiaNews)- Formación de los laicos, integración de los neófitos en las comunidades tradicionales, superación de una Iglesia clerical y la urgente necesidad de formar y consolidar una realidad diocesana que integre una Iglesia “que hasta ahora ha dependido de las órdenes religiosas”. Estos son los principales temas que se han planteado a lo largo del camino sinodal que está transitando la comunidad católica de Turquía, explica a AsiaNews Mons. Paolo Bizzeti, vicario apostólico de Anatolia y presidente de Caritas local, en vísperas del Congreso que tendrá lugar en Éfeso e Izmir los días 8 y 9 de octubre. “La Iglesia turca -afirma el prelado- se encuentra en un momento de gran vivacidad, gracias a la presencia de obispos jóvenes y entusiastas y de personas que quieren involucrarse. Al mismo tiempo hay una situación de gran fragilidad”.

El vicario de Anatolia considera que el problema más serio es que la Iglesia Católica es una "minoría sin reconocimiento legal", lo que hace que "nuestra situación y condición sean siempre muy precarias". Los que pagan el precio más alto son los "refugiados sirios [cristianos], que no pueden abrir capillas y lugares de oración, centros de encuentro y agregación, sobre todo para los jóvenes" que corren el riesgo de ser los más marginados.

En los últimos meses las comunidades católicas turcas, en comunión con la Iglesia universal, han "profundizado" el camino sinodal propuesto por el Papa Francisco, favoreciendo la "participación activa" de todos los fieles. En un mensaje de presentación del Congreso sinodal de la Iglesia de Turquía, que tendrá una duración de dos días, Mons. Martin Kmetec, arzobispo de Izmir y presidente de la Conferencia Episcopal, hace un llamamiento a la participación activa en un evento "de gran importancia". En el programa hay momentos de oración, encuentros, mesas redondas sobre los temas de mayor interés y una solemne celebración eucarística al concluir el Congreso, cuyo objetivo fundamental es contribuir al crecimiento "en el discernimiento" de la Iglesia local.

En estos meses los católicos han emprendido un camino sinodal que se tradujo en un documento enviado a Roma. "Advertimos - dice el vicario de Anatolia al presentar el evento de dos días - la utilidad de hacer que se encuentren las personas que participaron en este camino y que representan a cada una de las diócesis" para "elaborar una síntesis del trabajo realizado y tener la oportunidad de contar lo que está sucediendo en la Iglesia en Turquía”. Hay un gran entusiasmo entre los fieles por participar en "celebraciones y fiestas", pero falta "un cierto impulso para dar a conocer el cristianismo, para asumir  responsabilidades" en una Iglesia que todavía "es muy dependiente de su pastores".

A ello se suma el tema de los "neófitos, los refugiados", que muestran "una gran vivacidad", pero uno de los problemas que hay que resolver es la formación, sobre todo de los sacerdotes, que muchas veces no están preparados para la evangelización sino sólo para la administración de los sacramentos". “No es suficiente -añade- cuidar un rebaño ya asentado. Aquí en Turquía, como en cualquier otra parte del mundo, necesitamos personas capaces de hacer nacer y replantear las comunidades”, en una Iglesia que cuenta con una gran “variedad de carismas”. Los laicos deben ser menos pasivos y más preparados, ante todo viviendo una Iglesia doméstica y la fe en el seno de las familias” que son “las primeras protagonistas de la evangelización”.

La Iglesia turca tiene todavía muchas necesidades, como la falta de recursos humanos y económicos, pero al mismo tiempo tiene un tesoro, que no son sólo los lugares del pasado que vienen a visitar los peregrinos sino “las propias comunidades vivas. Sería muy importante - dice Mons. Bizzeti - aumentar las posibilidades de conocimiento y encuentro entre los fieles, el intercambio de carismas, los momentos de estudio y profundización de las diferentes realidades, como la Iglesia siríaca, que es un verdadero 'tercer pulmón' del cristianismo con su teología y su vivacidad".

En el encuentro de Éfeso se definirán también las próximas etapas del camino sinodal, para dar continuidad al proceso. Una parte de los problemas de la Iglesia en Turquía están relacionados con "cuestiones institucionales", concluye el prelado. Espera que con motivo del centenario del Tratado de Lausana "se pueda hacer una revisión de las relaciones, actualmente congeladas, entre el Estado turco y la Iglesia católica, para que haya un reconocimiento pleno [incluso jurídico] de la comunidad”.