Marcha en Manila por el derecho a la alimentación
de Stefano Vecchia

Ambientalistas y trabajadores se concentraron cerca del Ministerio de Agricultura, dirigido personalmente por el presidente Ferdinand Marcos Jr.. Filipinas sigue siendo uno de los países más expuestos a la inseguridad alimentaria debido al cambio climático. Cáritas: "Necesitamos un programa de subvenciones que respalde a los agricultores".


Manila (AsiaNews) - Organizaciones ecologistas, de agricultores y de los trabajadores filipinos organizaron hoy una marcha que recorrió las calles de la capital, para concentrarse cerca del Ministerio de Agricultura. Los participantes pidieron al presidente Ferdinand Marcos Jr, que asumió el cargo el 30 de junio y se ha reservado para sí la conducción del Ministerio de Agricultura, que se considere una prioridad "el derecho de las personas a la alimentación".

Filipinas sigue siendo uno de los países más expuestos a la inseguridad alimentaria. Según datos del gobierno, 20 millones de personas (sobre un total de 110) viven en condiciones de pobreza y, con motivo del Día Mundial de la Alimentación, la FAO ha convocado a “no dejar a nadie atrás” en el actual contexto mundial, en el que decenas de millones de personas ya han regresado o corren el riesgo de regresar a una condición de inseguridad alimentaria debido a pandemias, conflictos, cambio climático y el aumento de los precios. Según datos de la ONU, es probable que empeoren las condiciones de vida de 3.100 millones de personas que ya no pueden alimentarse adecuadamente.

En Filipinas la emergencia está relacionada sobre todo, en este momento y en perspectiva, con la imprevisibilidad del clima y la repentina alternancia de sequías e inundaciones. Solo el tifón Noru, que devastó extensas zonas del país en septiembre, provocó la pérdida de más de 158.000 toneladas de alimentos y dejó en situación crítica a 110.000 agricultores y pescadores, en sectores de los que depende directamente el 40% de la población. Se esperan al menos otros nueve fenómenos extremos antes de que termine la temporada de lluvias, lo que podría reducir las posibilidades de intervención del gobierno. Para los productores afectados por el Noru, Manila ha dispuesto la distribución de semillas por cerca de 3,5 millones de dólares y un financiamiento per cápita de hasta 500 dólares, reembolsables sin intereses.

Demasiado poco y, sobre todo, demasiado tarde, señalan las organizaciones de agricultores, que han pedido medidas inmediatas.

El P. Antonio Labiao Jr., secretario ejecutivo de Cáritas Filipinas, también pide una intervención más incisiva que "respalde a los agricultores y no a los empresarios". El sacerdote considera que el gobierno debería modificar el actual plan de intervención orientando los recursos al desarrollo de un programa de subsidios del gobierno para que las primas de los seguros no pesen sobre los agricultores. Para ello, afirma, la prioridad debería ser distinguir claramente a los agricultores de los terratenientes, para evitar el despilfarro de recursos y el abuso y, "en vez de depender de las importaciones", "apuntalar la producción local y comprar alimentos a los productores locales".