El gobierno quiere volver más transparente el marco legal a fin de fomentar las inversiones del exterior. Además de China, Japón y Corea del Sur, los kirguisos están cortejando a Turquía y a los países árabes. El Presidente Zaparov promete todo tipo de protección para quienes quieran hacer negocios en Kirguistán.
Moscú (AsiaNews) - El Consejo de Ministros de Kirguistán presentó su plan para salir de la crisis económica, creando todas las condiciones para mejorar el clima de inversiones y lograr una política fiscal transparente. En el primer semestre de 2022, Kirguistán registró una entrada de 628 millones de dólares en inversiones extranjeras, frente a una fuga de 483 millones. Los empresarios insisten en que mientras no exista un sistema jurídico independiente en el país, las empresas seguirán emigrando al extranjero.
En Kirguistán, la mayor parte de las inversiones del exterior proceden de China, por valor de unos 130 millones de dólares, superando a Rusia con 100 millones. El flujo positivo parece haberse duplicado con respecto al año pasado, cuando ingresaron 321 millones en inversiones y 548 salieron del país.
En el Foro de Inversores (VIF) celebrado en Biskek en los últimos días, el viceprimer ministro Bakyt Torobaev trató de aportar tranquilidad a los participantes. Habló de la figura del "nómada digital" y de los centros de asistencia a los emprendedores para ayudar a todos aquellos que tengan buenas iniciativas que proponer y desarrollar. Para quienes trabajan en el sector de la construcción, los procedimientos de contratación se simplificarán a través de una nueva "ventanilla única".
Las inversiones en Kirguistán florecieron especialmente en los años 2015, 2019 y 2021, cuando se superó la barrera de los mil millones de dólares. En 2020, la pandemia redujo el flujo a la mitad, y el ingreso de inversiones cayó a 537 millones. Los kirguisos reiteran que están abiertos a la cooperación con los inversores extranjeros, y garantizan la seguridad e intangibilidad de los activos. En marzo, el Presidente Zaparov había firmado un decreto para mejorar el potencial del país para atraer inversiones y a este fin se creó una Agencia Nacional de Inversiones.
El director de la Agencia, Umbriel Temyraliev, intervino en el foro explicando que "en todo el mundo hay hoy una gran inestabilidad, por razones bien conocidas, pero también estamos intentando atraer inversiones de países árabes como Baréin, Qatar y Arabia Saudita, y por supuesto, también de China, Japón y Corea del Sur". Todos estos socios han expresado su voluntad de trabajar con Kirguistán, a pesar de las preocupaciones por los conflictos internacionales.
Sin embargo, en Rusia hay un movimiento de empresarios que procuran trasladar sus empresas al exterior para escapar de las sanciones, y muchas se están relocalizando en Asia Central y precisamente en Kirguistán. Turquía también es muy activa en el país, pero de las inversiones salientes 241 millones de dólares se han dirigido a Ankara. El presidente del Consejo de Asuntos Internacionales, Askar Sydykov, comentó que "la inestabilidad política interna y la corrupción generalizada son factores que impulsan la fuga de muchos capitales".
De hecho, los mismos kirguisos prefieren poner a resguardo sus ganancias en Kazajistán, Turquía o los países árabes, porque "el dinero no tiene nacionalidad", señala Sydykov, "y circula mejor donde las reglas del juego están claras". Por ello, en sus viajes internacionales, Zaparov no pierde la oportunidad de prometer todo tipo de protección a quienes quieran hacer negocios en Kirguistán.
Como advirtió el economista Iskender Sharsheev, "hoy en día la competencia a nivel internacional es inmensa: todo el mundo intenta atraer inversiones en su propia región, ofreciendo ventajas y privilegios fiscales". En este sentido, destacó la importancia de contar con un sistema jurídico transparente y equilibrado. El ministro de Economía, Eldar Abakyrov, también está de acuerdo con estas conclusiones: "hay que prestar suma atención a la justicia y la libertad en el país".