Un grupo de diputados de los diez países que integran el organismo de cooperación regional ha pedido que “se dejen de utilizar expresiones como 'orden público' o 'concordia' para imponer prohibiciones injustificadas a derechos fundamentales”.
Bangkok (AsiaNews)- El grupo de parlamentarios del Sudeste Asiático comprometidos con el respeto de los derechos humanos pidió a sus gobiernos que “se tomen más medidas para garantizar la libertad de culto y proteger a las minorías, y que se dejen de usar expresiones como 'orden público' y 'armonía' para imponer restricciones injustificadas de estos derechos fundamentales”.
El llamamiento fue hecho por el grupo Parliamentarians for Human Rights (Aphr) de la ASEAN cuando se presentó el informe Restricting Diversity: Mapping Legislation on Freedom of Religion or Belief in Southeast Asia. En palabras del diputado indonesio Taufik Basari, la iniciativa se propone mostrar “que muchas leyes que impiden, limitan y reprimen las libertades religiosas siguen vigentes y se aplican en toda la zona. Este informe es un recordatorio de que a pesar de todos los resultados positivos para poner en práctica la convivencia en un Sudeste Asiático plural, aún quedan muchos problemas por resolver y situaciones que hay que mejorar.
El informe ofrece una descripción general de las leyes y reglamentos relacionados con el derecho a la libertad de religión o de culto en el área de la ASEAN (la asociación de países del Sudeste Asiático). Diez países diferentes en términos de regímenes políticos, nivel de desarrollo, dimensiones económicas y peso estratégico que, en los 55 años transcurridos desde el nacimiento de la institución y hasta la fecha, han logrado avances concretos en materia de comercio, aduanas y facilidades de tránsito para los ciudadanos , pero se encuentran muy lejos de haber logrado la integración política, un nivel equivalente de sensibilidad democrática o de derechos humanos y una respuesta unívoca a sus crisis internas o internacionales.
Además, el "recurso religioso" se suele utilizar sin escrúpulos para justificar la exaltación de la identidad nacional, alentar el nacionalismo o discriminar a las minorías, sobre todo por conveniencia política, pero con efectos desestabilizadores para los grupos que sufren las consecuencias. “La seguridad nacional y el orden público - dice, por ejemplo, el informe - se han utilizado a menudo como pretexto para restringir la libertad de las minorías religiosas, como en el caso de los ahmadiyah, los chiítas, los testigos de Jehová y otros, mientras que las leyes contra la blasfemia muchas veces se usan para criminalizar a ciertos grupos religiosos críticos con el Estado, el gobierno o los dirigentes del grupo religioso mayoritario, en flagrante violación de las normas internacionales de derechos humanos".
Por eso los políticos más sensibles y comprometidos han pedido un cambio de rumbo y exhortan a los diputados de los Parlamentos regionales a apoyar plenamente el derecho a tener un credo y practicar la propia religión, trabajando para derogar o modificar las leyes que vulneran las libertades muchas veces previstas en sus Constituciones y proponiendo al mismo tiempo medidas que promuevan sociedades más abiertas, solidarias e integradas.