Perseguidos y olvidados: el dramático éxodo de los cristianos de Oriente Medio

La denuncia contenida en el último informe de Ayuda a la Iglesia Necesitada. En Cisjordania, la población cristiana, que solía representar el 18% del total, se redujo a menos del 1%. Más de 5.000 personas han huido en los últimos meses. En Siria, desde el inicio de la guerra en 2011, los cristianos han pasado de ser el 10% a ser menos del 2%. La convocatoria del "miércoles rojo", el próximo 23 de noviembre, busca concientizar sobre el tema.


Bagdad (AsiaNews) - La presencia cristiana en muchas partes de Oriente Medio se enfrenta a una verdadera "amenaza existencial": en varios países, comunidades que antes eran florecientes se han convertido en la sombra de lo que fueron. Esto es lo que se desprende del último informe de Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), titulado "¿Perseguidos y olvidados? Un informe sobre los cristianos oprimidos por su fe 2020-2022" , que fue presentado al público en estos días. Un panorama preocupante para los cristianos, que a pesar de ser un componente original de la región corren el riesgo de desaparecer en muchos lugares debido al fenómeno migratorio, que el propio Patriarca ha definido como un "éxodo" de proporciones dramáticas.

El Papa Francisco abordó recientemente el tema en su encuentro con el presidente francés Emmanuel Macron: el Pontífice invitó a París a asumir un mayor compromiso para preservar esta presencia, frente a un fenómeno migratorio que ha alcanzado niveles alarmantes. Es un éxodo que afecta a la mayoría de los países de la región, aunque por diferentes causas: desde el fundamentalismo islámico hasta la crisis económica, sin olvidar los conflictos. Y que se vive tanto en Irak como en Siria, en Palestina y el Líbano, y desde Jordania hasta el Golfo.

El informe muestra cómo, 75 años después del nacimiento del Estado de Israel, el número de cristianos de Cisjordania se ha desplomado, pasando del 18% a un mísero 1% (o menos) de la población El número de cristianos que han salido en los últimos 20 meses (incluyendo Jerusalén) se estima en más de 5.000, la mayoría de ellos con destino a Europa, Estados Unidos y Canadá. La situación en Siria no parece ser la mejor, sino todo lo contrario: desde el inicio de la guerra en 2011, la presencia se ha reducido de un 10% a menos del 2%, haciendo peligrar su misma esencia.

"Han pasado cinco años desde la derrota militar del ISIS -explica el informe- y la amenaza de un resurgimiento a gran escala no se ha extinguido en absoluto.  Un resurgimiento del movimiento yihadista tiene el potencial de asestar el golpe final al cristianismo" en lo que una vez fue el corazón en que se originó. “Esto no sólo se debe a que el número de cristianos es ahora bajo, sino también a que su confianza es frágil. Puede que hayan pasado por épocas de genocidio, pero cuando no hay seguridad la atracción por la migración es irreversible para muchos". Esto se ve "amplificado" por un "entorno cultural" que sigue siendo hostil a los cristianos, tratados como "ciudadanos de segunda clase, discriminados en la escuela y en el lugar de trabajo, con bajos salarios y desempleo", lo que les impulsa a buscar una vida "fuera de su país" de origen.

En cuanto a los cristianos iraquíes, tras el ascenso del Estado Islámico, al menos 50.000 encontraron refugio en Líbano. Hoy en día solo son unos cientos, y la mayoría ha decidido abandonar definitivamente Oriente Medio para dirigirse a Norteamérica o Australia. 

Incluso Jordania, que aunque es políticamente estable y tiene unas condiciones de seguridad relativamente mejores, ya no es un refugio seguro y también está experimentando un aumento de la migración. Lo mismo ocurre con Líbano.

Solo tomando el caso de la embajada canadiense, en los últimos 30 meses ésta ha recibido más de 10.000 solicitudes de inmigración de jóvenes y familias, y el empuje para huir del País de los Cedros sólo es comparable al del dramático periodo de la guerra civil.

En respuesta, AIN ha lanzado una jornada de oración y reflexión titulada "Miércoles Rojo". El 23 de noviembre, todas las iglesias están invitadas a rezar e iluminar sus edificios de color rojo en señal de protesta silenciosa contra el drama de la persecución.