Kuala Lumpur: La Umno fue derrotada en las elecciones, futuro incierto para el gobierno
de Steve Suwannarat

Ninguna coalición logró obtener la mayoría. La Umno, que gobernó durante casi medio siglo sin interrupción, obtuvo solo 30 escaños. La atención estará concentrada en las decisiones de los estados insulares de Sarawak y Sabah, en Borneo, que durante mucho tiempo han sido marginados en la política interna.


Kuala Lumpur (AsiaNews) - Las elecciones parlamentarias del 19 de noviembre arrojaron un resultado incierto complicando, si cabe, aún más la situación política en el país. Había 21,1 millones de ciudadanos con derecho a voto, entre ellos 6 millones de nuevos votantes, llamados a renovar la Cámara de Representantes de 222 miembros.

Las lluvias monzónicas no constituyeron, como se temía, un obstáculo grave para la consulta, y aunque todavía no se ha asignado con certeza un escaño, la votación proyecta de todos modos una importante actualización del escenario político nacional. El retroceso de la coalición de gobierno saliente, la Barisan Nasional, dominada Umno (United Malays National Organisation), ha favorecido a las coaliciones de la oposición, la Pakatan Harapan liderada por Anwar Ibrahim, que obtuvo 82 escaños y, a poca distancia, la Perikatan Nasional, con 73 escaños. La Umno, después de haber gobernado durante casi medio siglo, obtuvo en cambio solo 30 escaños.

La campaña de Anwar Ibrahim se basó en la pluralidad de presencias y unidad de objetivos, mientras que ha sido abiertamente promalaya e islamista la de Muhyiddin Yassin, cuya coalición ha crecido sobre todo gracias al voto del electorado musulmán. Ambos bandos reclaman ahora su legitimidad para gobernar, pero ha quedado abierto el juego de alianzas.

La atención estará centrada en las decisiones de los estados insulares de Sarawak y Sabah, en Borneo, sobre todo en el primero, en el que hay una presencia cristiana constante. Son los dos estados más grandes de la federación que, después de haberse lamentado durante mucho tiempo de una fuerte subordinación a las políticas de desarrollo de Malasia continental, podrían apuntar a obtener los mayores beneficios posibles de esta situación.

También resultaron derrotados el "gran anciano" de la política malaya, el muchas veces primer ministro Mahathir Mohamad, quien a los 97 años se había vuelto a presentar para un escaño parlamentario, y la hija de Anwar, Nurul Izzah, de 42 años, quien perdió en Penang, considerado el feudo electoral de la familia.

Si bien muchos partidos habían prometido "esperanza y estabilidad", los electores votaron con la casi total certeza de que ninguna opción sería la ideal o definitiva, razón por la cual las elecciones parecen demostrar una vez más que la estabilidad del país dependerá fundamentalmente de un equilibrio entre todos sus componentes sociales y de un equilibrio de las propuestas de las fuerzas en el campo, con una situación parlamentaria fluida, casi al borde de la desestabilización.

En esta oportunidad el tradicional enfrentamiento entre personalidades y propuestas basado en promesas a los votantes ha sido sustituido por una competencia que también ha incluido propuestas políticas. En efecto, en este momento el país tiene que hacer frente a numerosas crisis -económica, pandémica, energética y alimentaria- que, si bien son menos agudas que en otras partes, se suman a las cuestiones no resueltas, resultantes de la gestión de los intereses étnicos utilizados políticamente.