Los kurdos, bajo el fuego cruzado de Teherán y Ankara en Irak y Siria

Ankara lanzó la operación "Garra-Espada" contra el PKK y las YPG en el territorio sirio: ya se cuentan 31 víctimas. Erdogan amenaza con un ataque por tierra; los cazas turcos utilizan el espacio aéreo controlado por Rusia. Los cohetes kurdos cruzan la frontera turca y matan a tres civiles. Los ataques iraníes en el Kurdistán iraquí dejan al menos un muerto.


Erbil (AsiaNews) - Desde hace días, los kurdos de Irak y Siria están bajo el fuego cruzado de Irán y Turquía. Los ataques con misiles y drones han dejado víctimas, así como graves daños en las infraestructuras, en zonas que ya sufrieron fuertes bombardeos y ofensivas militares en el pasado. Teherán concentra sus operaciones sobre todo en el Kurdistán iraquí, donde cree que hay bases de la resistencia kurda y exponentes vinculados a la oposición. La represión se intensificó tras la muerte de la joven kurda de 22 años Mahsa Amini y las protestas callejeras en todo el territorio iraní, que ya entraron en su tercer mes. Ankara, por su parte, ha intensificado las operaciones al otro lado de la frontera, la zona kurda-siria de donde procedería la célula del PKK (y del YPG) que presuntamente perpetró el atentado del 13 de noviembre en Estambul, con un saldo de seis muertos y decenas de heridos.

Las crónicas confirman un clima de creciente tensión, con actos de violencia y disparos desde todos los frentes que terminan provocando víctimas, como suele ocurrir, entre la población civil. El fin de semana, Ankara lanzó la operación "Garra-Espada" contra las fuerzas kurdas en Siria e Irak. El Ministerio del Interior turco lo confirmó en Twitter, mostrando una imagen de un avión de combate despegando: "Ha llegado la hora del juicio final", tuiteó. Los ataques aéreos se centraron en al menos 89 objetivos, incluyendo posiciones del ejército de Damasco; y por primera vez en tres años, la fuerza aérea turca pudo utilizar el espacio aéreo controlado por Rusia.

Además de atacar centros e infraestructuras, las bombas de Recep Tayyip Erdogan dejaron al menos 31 muertos en la zona kurda, en la frontera entre Siria e Irak. Las autoridades autónomas kurdas brindaron las cifras: las víctimas incluyen al menos 11 civiles muertos en las provincias de Alepo, Raqqa y Hassaké y hay decenas de heridos. Las fuerzas kurdas reaccionaron inmediatamente, lanzando cinco cohetes -según algunas agencias, obra de las YPG y de las fuerzas del PKK- que alcanzaron el pueblo turco de Karkamis, cerca de la frontera, impactando en dos casas, una escuela y una furgoneta. Al menos tres civiles murieron, y otros seis resultaron heridos. Se trata de una situación de creciente tensión que amenaza con explotar: esta mañana Erdogan dijo que la operación militar no se limitará a los ataques aéreos; se extenderá con el uso de tropas terrestres y promete ser una invasión a gran escala.

También se informa de víctimas y heridos en el Kurdistán iraquí, donde una fuente eclesiástica dijo a AsiaNews que "bombardearon Erbil, Sulaymaniyah y varias localidades de montaña". En estas zonas, además de los lugareños, viven muchos refugiados procedentes de Mosul y de la llanura de Nínive que huyeron tras el ascenso del Estado Islámico en 2014 y nunca regresaron", comenta. " En nuestros pueblos no hay víctimas y estamos bien, pero en las ciudades hubo muertos y heridos". En este caso, no son sólo los turcos los que atacan, porque Irán también ha lanzado operaciones militares con drones en territorio kurdo-iraquí. Según Teherán, los grupos de oposición y las milicias están al acecho en la zona. Las operaciones militares se reanudaron tras las protestas por la muerte de Mahsa Amini, que también registran una preocupante escalada: los bombardeos nocturnos perpetrados por los Pasdaran -que Washington ya condenó- habrían causado al menos una muerte entre los Peshmerga kurdos.