La ONU y Estados Unidos lanzan un programa de ayuda a las mujeres turkmenas
de Vladimir Rozanskij

Organizan pasantías especiales para trabajadores sociales sobre temas como la igualdad de género. La persistencia de ciertas prácticas atávicas que reducen a las mujeres turkmenas a esclavas -de sus padres, hermanos y maridos. La utilización de la violencia contra las mujeres es algo habitual. En muchos casos se las obliga a prostituirse, o son vendidas en el extranjero.


Moscú (AsiaNews) - En Turkmenistán se están realizando pasantías especiales organizadas por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), junto con la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). A través de este programa, capacitan a quienes forman a los trabajadores sociales del país para que se adopten principios de la terapia familiar, atendiendo a las parejas jóvenes en temas como los "valores familiares", el "apoyo a las normas sociales y familiares positivas", la igualdad de género y los derechos reproductivos, en un programa denominado "El siglo de oro de Turkmenistán".

El período de formación ya se concluyó en el velayat (región) de Mari, y ahora se está aplicando en la región de Lebap. El representante de USAID en Turkmenistán, Nino Nadiradze, subrayó que el objetivo de los programas es generar y apoyar relaciones familiares "fuertes y sanas". En los últimos meses, los informes de distintos organismos reportaron que la violencia doméstica está muy extendida en Turkmenistán y una de cada ocho mujeres del país ha sufrido violencia física o sexual.

El periódico "Turkmenistán Neutral" publicó un texto titulado "La educación de la sabiduría, o las peculiaridades de la pedagogía familiar", dedicado a las esposas turkmenas. El autor explica que "en la familia turkmena, la esposa debe entender todo sin palabras, adivinando los deseos a partir de las miradas, comprendiendo el significado de los gestos y las indirectas, siendo intuitiva". El interés por estas cuestiones se explicó en otro artículo de "Crónicas de Turkmenistán", titulado "Tradiciones nacionales y normas contemporáneas: el mundo no ha entendido la atención de Berdymuhamedov a las mujeres".

Al referirse a la presunta "misoginia" del actual presidente turkmeno, se menciona su oposición a la prostitución femenina y al comercio de mujeres, un fenómeno muy extendido  que no cesa en el país. Se está llevando a cabo una amplia consulta sobre esta cuestión, en la que participan representantes de los ministerios y diversos órganos de gobierno, junto con organizaciones internacionales y oficinas diplomáticas extranjeras.

Algunos medios de prensa semioficiales turkmenos informaron de una reunión a puerta cerrada en la capital para debatir medidas de lucha contra el tráfico de mujeres. Como se afirma en un comentario en Arzuw.news, "parece absurdo hablar de estos temas en el mundo actual, pero los hechos hablan de otra manera. El uso medieval del comercio de cuerpos humanos sigue existiendo en la actualidad".

Según el sitio, al seminario también asistió el embajador de Estados Unidos en Turkmenistán, así como los jefes de varios departamentos, para conocer los datos recogidos por las asociaciones internacionales sobre las posibilidades de elaborar procedimientos especiales para combatir el tráfico de seres humanos, y ofrecer un apoyo eficaz a las víctimas de estas prácticas. No se ha publicado ninguna información sobre las medidas evaluadas en estas reuniones.

En los informes se señala que, por regla general, el gobierno de Turkmenistán ni siquiera cumple con las medidas más básicas para combatir la trata de mujeres, y no muestra ninguna voluntad de realizar esfuerzos concretos en este sentido. De hecho, Turkmenistán permanece en el "tercer nivel", el más bajo en la clasificación internacional sobre el comercio de personas, y su situación ha empeorado con respecto a 2015-2016, cuando había ocupado el segundo lugar en términos de compromiso con el sector. Cuando hablamos de explotación de las mujeres, nos referimos en primer lugar a la prostitución, pero también a la coacción para cooperar con el fin de encubrir el tráfico ilícito, el transporte de materiales y sustancias prohibidas, la sumisión a diversas ocupaciones mediante la violencia y el engaño, hasta formas de esclavitud absoluta. En muchos casos se trata de prácticas de antigua data, como el trabajo forzado en la cosecha de algodón, en el que obligan a participar a las niñas de los primeros grados de la escuela primaria.

Las mujeres turkmenas suelen ser vendidas y "exportadas" al extranjero, pero los datos sobre este comercio siguen siendo sumamente oscuros. Se espera que las prácticas de educación "familiar y social" logren de alguna manera frenar estos fenómenos atávicos e inhumanos.