Kuala Lumpur: el partido islamista Pas es una espina en el costado del gobierno de Anwar

La formación fundamentalista ganó la mayoría de los escaños en las elecciones, con un mensaje centrado en la religión. En los Estados de la Federación donde gobierna ha prohibido los cines y permitido apalear a los homosexuales. El nuevo primer ministro dijo, en cambio, que quería trabajar por la inclusión entre los diferentes grupos étnicos y religiosos.


Kuala Lumpur (AsiaNews/Agencias) – Al frente de una coalición “progresista” multiétnica, Anwar Ibrahim ha logrado obtener la jefatura de gobierno, pero el ganador oculto de las últimas elecciones es el PAS (Parti Islam Se-Malaysia) , la formación islamista que obtuvo mayor número de escaños en el Parlamento: 49 sobre un total de 222.

El PAS ya era dominante en el norte del país y ahora se ha convertido en una fuerza nacional que tiene la capacidad de atraer el voto de la franja más conservadora de la mayoría étnica malaya. En los estados de la Federación Malaya donde gobierna ha adoptado medidas fundamentalistas, como la prohibición de los cines y apalear a los homosexuales.

Ha puesto la religión en el centro de su campaña electoral en un país que se caracteriza por una profunda diversidad étnica y religiosa. Si bien la mayoría malaya es predominantemente musulmana, los ciudadanos de origen chino e indio son mayoritariamente budistas, cristianos e hindúes.

La formación principal de la coalición de Anwar es el Partido chino de Acción Democrática. No es casualidad que cuando recibió el cargo del rey Al-Sultan Abdullah, el nuevo primer ministro lanzó de inmediato un mensaje de inclusión. Malayo de fe islámica, prometió confirmar el islam como religión de Estado, asegurando al mismo tiempo la defensa de los "derechos de todos".

Malasia tiene un sistema legal "híbrido". Las leyes penales y familiares que se aplican a los ciudadanos musulmanes coexisten con las leyes civiles. Según varios analistas, el crecimiento de una fuerza como el PAS podría hacer peligrar la estabilidad social del país. Ya antes de la votación las autoridades habían observado un aumento de las tensiones étnicas, alimentadas sobre todo en las redes sociales.