Seúl paralizada por la huelga de camioneros: piden tarifas mínimas y mejores condiciones

Con la falta de transporte, más de la mitad de las estaciones de servicio de la capital surcoreana se quedaron hoy sin gasolina. En los últimos días el presidente Yoon Suk-yeol dio la orden de volver al trabajo a los conductores del sector del cemento, pero sin éxito. En la confrontación, el índice de aprobación del gobierno ha aumentado.


Seúl (AsiaNews/Agencias) - Una huelga nacional de más de 25.000 camioneros ha tenido como consecuencia la escasez de combustible en un centenar de gasolineras de toda Corea del Sur. Los camioneros están en huelga desde el 24 de noviembre y piden al gobierno que siga garantizando las tarifas mínimas de transporte frente al aumento del precio del combustible, convirtiendo en permanente una medida que introdujo en 2020 el anterior gobierno liberal de Monn Jae-in, y que vence a fin de año. Los manifestantes también piden un salario mínimo y condiciones de trabajo más seguras.

Hasta el momento se han llevado a cabo dos encuentros entre el sindicato y el gobierno encabezado por el presidente conservador Yoon Suk-yeol pero no han tenido ningún resultado positivo. Por su parte el presidente emitió una orden el 4 de diciembre -por primera vez en la historia del país- para obligar a unos 2.500 camioneros de la industria del cemento a volver al trabajo cuando más de 500 obras en construcción de todo el país quedaron paralizadas debido a la falta de materiales. En respuesta, los conductores salieron de nuevo a las calles y se raparon el cabello en señal de protesta y terminante negativa.

La orden de reincorporación, que conlleva multas de 23.000 dólares y hasta 3 años de cárcel, se basa en una ley aprobada en 2004 que permite al gobierno obligar a los conductores a regresar al trabajo si la economía nacional está en peligro o en el caso de una situación de “emergencia”.

El presidente Yoon dice su objetivo es limitar el daño económico causado por la interrupción de las cadenas de suministro, que según declaró el ministro de Industria hace dos días asciende a por lo menos 2.460 millones de dólares. Algunas estimaciones calculan que la economía de Corea del Sur perdió alrededor de 225 millones de dólares por cada día de huelga. Desde ayer por la tarde, casi 100 estaciones de servicio, más de la mitad de ellas en la capital, Seúl, se han quedado sin combustible.

El gobierno se limitó a prorrogar por tres años las tarifas de transporte vigentes y nombró como negociador a un político de línea dura opuesto a las demandas de los sindicatos. Y ahora acaba de anunciar que también estaba preparando órdenes de reincorporación al trabajo para los camioneros de otros sectores clave.

Algunos comentaristas consideran que después de la tragedia de Halloween en Itaewon, que para gran parte de la opinión pública sigue siendo una herida abierta, la mano dura contra los huelguistas podría ser un intento de buscar el apoyo de su núcleo duro de votantes. Y efectivamente la tasa de aprobación del presidente, que había caído por debajo del 35% en las últimas semanas, subió ayer a casi el 39%.

La Confederación Coreana de Sindicatos (KCTU), que organizó hoy una huelga nacional en 25 localidades diferentes en apoyar a los conductores, comparó la orden de reincorporación al trabajo con la ley marcial y la figura del presidente Yoon con dictadores del pasado. Unos 3.500 afiliados a la KTCU o pertenecientes a otros sindicatos se manifestaron en Uiwang, un importante centro logístico 25 km al sur de Seúl, agitando pancartas contra la "opresión de los sindicatos del gobierno de Yoon Suk-yeol".

"Nos opondremos a la respuesta opresiva del gobierno con una solidaridad aún más fuerte y continuaremos luchando con firmeza", dijo el principal referente de KCTU, Yang Kyung-soo, quien estuvo presente en las manifestaciones en Uiwang.