En el día que la ONU dedica al voluntariado, Singapur relanza el compromiso
de Steve Suwannarat

Aumentan en la ciudad-estado los ciudadanos comprometidos en obras asistenciales, sobre todo entre los jóvenes. La coordinación con el sistema de previsión social y el aporte fundamental que brindaron en el momento de la pandemia de Covid-19. El 80% del personal de la Cruz Roja son voluntarios. Más conocimiento y contacto con la comunidad.


Singapur (AsiaNews) - Desde 1985 las Naciones Unidas dedican el 5 de diciembre al voluntariado, reconociendo su valor en términos de compromiso personal sin fines de lucro y de utilidad social, más amplio e indispensable en una situación de crisis. En Singapur no es diferente y el aumento de ciudadanos que participan en obras de voluntariado, sobre todo entre los jóvenes, es una fuerza cada vez mayor que se articula eficazmente con el sistema de bienestar social del Estado y como extensión de las relaciones de buena vecindad arraigadas en el tejido social. Sin embargo, las distintas modalidades que ha ido adquiriendo ponen de manifiesto creatividad e idealismo.

La reducción de la edad que se observa se debe a las campañas de educación y afiliación que se realizan en las escuelas con el propósito de incrementar el voluntariado nacional en un 70% durante el próximo año, en comparación con el nivel de 2018. Ya en este momento el 80% del personal de la Cruz Roja de Singapur está compuesto por voluntarios, que no solo realizan una valiosa labor sino que son a su vez “testigos” de la propuesta de compromiso humanitario.

Esto resultó evidente durante la pandemia de Covid-19, cuando la presencia capilar del voluntariado en las diversas comunidades locales marcó la diferencia en términos de apoyo material y moral para diferentes grupos de la población.

“Realmente pensamos que los voluntarios que provienen de las comunidades donde operan conocen mejor lo que la comunidad necesita cuando se enfrentan a emergencias o ciertas vulnerabilidades que pueden surgir. Por eso tenemos plena confianza en los voluntarios que, en muchos casos, son los verdaderos protagonistas”, subraya Michelle Chew, directora del sector de jóvenes de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja para Asia y el Pacífico.

Obviamente los jóvenes no son los únicos que ayudan a la población en el caso de las necesidades cotidianas, incluso antes que en las emergencias. Hay otros grupos de población, los de mediana edad y los ancianos, que también hacen una contribución fundamental. “Aprendí que hay muchas personas de distinta extracción social, y diferentes a mí, que pueden tener caminos diferentes, pero al final todos somos seres humanos y esa es la razón por la que todos estamos aquí, para ayudarnos unos a otros”, afirma Chew, entrevistada por Channelnewsasia.

Por ejemplo, las personas de 40 años pueden compartir habilidades y experiencias y constituyen el núcleo de los programas de la Cruz Roja local, mientras que los voluntarios mayores, pero aún activos y saludables, tienen más tiempo y, por lo tanto, pueden desempeñar también un papel muy necesario. Este compartir gratuito de las respectivas competencias y voluntades, incluso con la evolución de la sociedad y de las tareas, está adquiriendo un papel cada vez más importante en la sociedad de la ciudad-estado.