Los autores todavía no han sido identificados, pero los lugareños creen que fueron los grupos de musulmanes fundamentalistas quienes levantaron la barricada. El permiso de obra fue otorgado en 2004, pero las nuevas autoridades de gobierno no respetan los compromisos asumidos por la administración anterior.
Cilegon (AsiaNews) - Hace pocos días apareció un muro que impide el acceso a un terreno propiedad de la Iglesia Cristiana Protestante Batak (HKBP), en el que la congregación había obtenido permiso para construir una iglesia, tramitado durante la anterior administración local.
Por el momento se desconoce quién erigió esta barrera de acceso en la localidad de Cilegon, provincia de Banten, pero los lugareños cristianos creen que se trata de un grupo de musulmanes intransigentes.
"Estamos en regla, ya que tenemos el permiso legal", declaró en una rueda de prensa Jamister Manullang, jefe de obras de la iglesia Maranatha, refiriéndose a lo que en Indonesia se denomina comúnmente IMB (Izin Mendirikan Bangunan). "Pero como mucha gente ha podido constatar, suele haber muchos 'obstáculos' técnicos", agregó.
La necesidad de una iglesia se debe al gran número de fieles que viven en Cilegon: "Nuestra congregación, HKBP, ya supera las 3.900 personas", pero los cristianos tienen que desplazarse cada semana a la ciudad de Serang para participar de las celebraciones eucarísticas y tienen que hacer un viaje de 50 km en coche. Por otro lado, las tarifas del transporte público son muy caras para las familias. "Además, no todos cuentan con un automóvil propio", señalan algunas personas que frecuentan la iglesia. "A estas alturas, la iglesia HKBP de Serang ya no puede alojar a todos los fieles", explicó Simanullang.
En 2004, los dirigentes de la Iglesia Protestante y el alcalde de Cilegon llegaron a un acuerdo: tras un intercambio de propiedades entre la Iglesia y una empresa privada, el municipio otorgó el permiso de construcción. Sin embargo, como tantas veces ya ha ocurrido en Indonesia, con la llegada de un nuevo alcalde se ignoraron los compromisos asumidos por la administración anterior.
En los últimos 10 años, la política indonesia se ha apoyado en cuestiones de identidad. Muchos políticos, con la esperanza de ser elegidos, han cortejado a grupos extremistas musulmanes atacando a miembros de minorías religiosas, impidiendo el acceso a lugares de culto o provocando demoras administrativas injustificadas. La iglesia parroquial de Santa Bernadette Ciledug, en la ciudad de Tangerang -también en la provincia de Banten-, por ejemplo, fue bloqueada en repetidas ocasiones por los fundamentalistas locales a pesar de que estaba en regla con todos sus documentos. Tras un largo procedimiento judicial, el veredicto del tribunal local revocó el IMB, el permiso de construcción.