En el Ángelus, el Papa expresó su preocupación por la población del Cáucaso Sur

Antes del rezo de la oración mariana, Francisco recordó a San José: hoy nos "muestra el camino" y "abre nuevas perspectivas", que son "los horizontes de Dios". La audiencia con los huéspedes del Dispensario Pediátrico "Santa Marta" y la invitación a rezar por los niños de Ucrania y de los lugares donde sufren por la guerra. En una entrevista con ABC, dijo que ya ha firmado su renuncia, en caso de impedimento por cuestiones médicas.


Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- "Estoy preocupado" por la situación que se ha creado "en el corredor del Cáucaso Sur" debido a las "precarias condiciones humanitarias" de la población, que "corren el riesgo de deteriorarse" durante el invierno. El Papa Francisco dijo estas palabras en el Ángelus, y agregó que había pedido a todas las partes "implicadas"  que se comprometan a encontrar "soluciones pacíficas por el bien de la gente" [sin ser explícito, el Pontífice se refería a Nagorno-Karabaj, donde Azerbaiyán bloquea desde hace días el corredor de Lachin, único enlace con Armenia]. Francisco pidió oraciones "para que cese la violencia" en Perù y se establezca un diálogo constructivo para "superar la crisis política y social" que aflige a la población. Además de saludar a los numerosos peregrinos de Italia y de todo el mundo presentes en una abarrotada Plaza de San Pedro, el Papa exhortó a todos a pedir a la Virgen María que "toque el corazón de quienes pueden detener la guerra en Ucrania". No olvidemos, los "sufrimientos" en particular de "los niños, los ancianos y los enfermos”, agregó.

Antes de rezar la oración a María, el Papa habló del cuarto y último domingo de Adviento, en el que la liturgia presenta la figura de San José, un hombre "justo" que está a punto de casarse y cultiva "sueños sencillos y buenos": una esposa afectuosa, hijos y un trabajo digno. Sueños que, sin embargo, "se ven truncados por un descubrimiento desconcertante: María, su prometida, espera un hijo que no es suyo". Siente "desconcierto, dolor, perplejidad", quizá incluso "irritación y decepción". Sin embargo, en lugar de "denunciar a María" y "hacerle pagar el precio de una supuesta infidelidad", explica, sigue la segunda opción que le ofrece la ley: "anular su compromiso en secreto, sin exponer a María al escándalo y a graves consecuencias, asumiendo él la carga de la vergüenza".

José, dice el Pontífice, elige "el camino de la misericordia" y "justo cuando está considerando todo esto" Dios enciende en su corazón "una luz nueva: en sueños, le anuncia que la maternidad de María no proviene de la traición, sino que es obra del Espíritu Santo, y el niño que va a nacer es el Salvador". Al despertar del sueño se da cuenta de que "el mayor sueño de todo israelita piadoso", ser el padre del Mesías, se cumple para él "de una manera totalmente inesperada". Así es como un simple carpintero confía y se apoya en Dios "más allá de todo" y acoge a María y a su hijo "de una manera completamente distinta a la que él esperaba". Tendrá que "renunciar a sus certezas que le dan tranquilidad, a sus planes perfectos, a sus legítimas expectativas y abrirse a un futuro por descubrir". Y frente a Dios, que desbarata sus planes, tiene el valor "heroico" de responder "sí" sin pedir "más garantías".

Hoy, continuó el Papa, José "nos muestra el camino: no hay que dejarse llevar por los sentimientos negativos, como la rabia y la cerrazón [...] Por el contrario, debemos acoger las sorpresas de la vida, incluso las crisis, con atención: cuando uno está en crisis, no debe elegir precipitadamente siguiendo el instinto, sino, como José, 'considerar todas las cosas' y basarse en el criterio fundamental: la misericordia de Dios". "En las crisis, Dios abre nuevas perspectivas, que quizá no son lo que esperábamos, pero Él sabe cómo son. Son los horizontes de Dios: sorprendentes, pero infinitamente más amplios y bellos que los nuestros", concluyó el Papa.

Por otro lado, esta mañana, en el Aula Pablo VI, el Papa recibió en audiencia a los niños que son asistidos por el Dispensario Pediátrico "Santa Marta", en el Vaticano. Los pequeños participaron en el encuentro con sus familias y los voluntarios. En su breve mensaje de saludo, agradeció "a cada uno por su presencia" en este día que "nos prepara para la Navidad". Francisco pidió a los presentes "no olvidar a los niños de Ucrania", señalando un cartel en el que se leía "paz" junto a la bandera de Ucrania. "Tantos niños sufren por la guerra", añadió, "y también sufren en otras partes por la injusticia. Si el Señor nos da esta alegría de celebrar la Navidad así, todos juntos, en paz, pensemos también en los que sufren y recemos por ellos, todos juntos".

Finalmente, el Pontífice volvió a referirse al tema de la dimisión en una entrevista publicada hoy en el diario español ABC. "Yo ya he firmado mi renuncia", dijo, y agregó que lo hizo cuando "Tarcisio Bertone era secretario de Estado". Después añadió: "En caso de impedimento por cuestiones médicas o qué sé yo, acá está mi renuncia. Ya la tienen". Y  continuó, "No sé a quién se la habrá dado el cardenal Bertone, pero yo se la di cuando era secretario de Estado." y “seguramente se la entregó al cardenal Pietro Parolin, el nuevo secretario de Estado". Francisco, que ayer cumplió 86 años, señaló que goza de buena salud a pesar de tener que utilizar a menudo una silla de ruedas. Y dijo que "se gobierna con la cabeza, no con la rodilla". Por último, abordó el "doloroso" tema de las víctimas de abusos eclesiásticos y el papel de las mujeres, que en un futuro no muy lejano podrían estar "al frente de un dicasterio en el que un laico puede ser prefecto".