Papa: es inaceptable que la vida de una persona dependa de un algoritmo

Francisco habló a los promotores de la “Rome Call for AI Ethics”, una iniciativa de la Pontificia Academia para la Vida que reúne a cristianos, judíos y musulmanes para cuidar la dignidad humana en las nuevas tecnologías digitales. Y en el mensaje por la Jornada del Enfermo pidió a los gobiernos el acceso para todos al cuidado de la salud, más allá de los límites estructurales que el Covid-19 puso en evidencia.


Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – La inteligencia artificial también requiere una ética. Por ejemplo, no es aceptable que la vida y el destino de alguien que pide asilo dependa de los cálculos de un algoritmo, dijo hoy el papa Francisco en la audiencia que concedió en la Sala Clementina del Vaticano a los promotores de la "Rome Call for AI Ethics", una iniciativa interreligiosa de la Pontificia Academia para la Vida que propone “una alianza sapiencial y espiritual, para proteger, en el espíritu de la Fratelli tutti la dignidad humana en esta época de penetración tecnológica”.

Junto con el arzobispo Vincenzo Paglia, presidente del organismo vaticano, estuvieron presentes en la audiencia algunos de los primeros firmantes del llamamiento: el rabino Rawson Weisz, el jeque Abdallah bin Bayyah y personalidades de la industria tecnológica como el presidente de Microsoft Brad Smith, el vicepresidente de IBM, Darío Gil y el economista jefe de la FAO, Máximo Torero Cullen.

“Todos somos conscientes de que la inteligencia artificial está cada vez más presente en todos los aspectos de la vida cotidiana, tanto personal como social -dijo el papa Francisco-".   "Incide en nuestra manera de entender el mundo y a nosotros mismos" y sus herramientas "son cada vez más decisivas en las actividades e incluso en las decisiones humanas".

“Me complace saber -continuó el pontífice- que también quieren involucrar a las otras grandes religiones del mundo y a los hombres y mujeres de buena voluntad para que la algorética, es decir, la reflexión ética sobre el uso de los algoritmos, esté cada vez más presente no sólo en el debate público sino también en el desarrollo de las soluciones técnicas. En efecto, toda persona debe poder disfrutar de un desarrollo humano y solidario, sin que nadie quede excluido”.

Por eso invitó a todos a estar atentos “para que no se afirme el uso discriminatorio de estas herramientas a costa de los más frágiles y a costa de los excluidos.  Recordemos siempre que la forma en que tratamos a los últimos y al menos tenido en cuenta de nuestros hermanos y hermanas pone de manifiesto el valor que le reconocemos al ser humano.  Se puede tomar como ejemplo las solicitudes de asilo: no es aceptable que la decisión sobre la vida y el destino de un ser humano se confíe a un algoritmo”.

El mensaje del Papa para la Jornada Mundial del Enfermo que difundió hoy la Oficina de prensa del Vaticano aborda también el tema del cuidado de los más frágiles. Cuida de él. La compasión como ejercicio sinodal de sanación es el tema elegido para la jornada que la Iglesia celebra el próximo 11 de febrero, fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, que este año llega a su 33ª edición.  En el mensaje, Francisco se refiere al Sínodo que se está desarrollando y afirma que “cuando caminamos juntos, es normal que alguien se sienta mal, que tenga que detenerse debido al cansancio o por algún contratiempo. Es ahí, en esos momentos, cuando podemos ver cómo estamos caminando: si realmente caminamos juntos, o si vamos por el mismo camino, pero cada uno lo hace por su cuenta, velando por sus propios intereses y dejando que los demás 'se las arreglen'”.

Pero a continuación también invita a ampliar esta mirada a sus implicaciones sociales: “Los años de la pandemia -comenta el pontífice- han aumentado nuestro sentimiento de gratitud hacia quienes trabajan cada día por la salud y la investigación. Pero de una tragedia colectiva tan grande no basta salir honrando algunos héroes. El COVID-19 puso a dura prueba esta gran red de capacidades y de solidaridad, y mostró los límites estructurales de los actuales sistemas de bienestar. Por tanto, es necesario -concluye- que la gratitud vaya acompañada de una búsqueda activa, en cada país, de estrategias y de recursos, para que a todos los seres humanos se les garantice el acceso a la asistencia y el derecho fundamental a la salud".