Papa: nuevo ciclo de catequesis de los miércoles dedicado a la evangelización

Francisco comenzó una reflexión sobre la misión como "oxígeno de la vida cristiana" que desarrollará en las próximas audiencias generales. “No tenemos que esperar a ser perfectos para dar testimonio de Jesús; empecemos hoy, allí donde vivimos". Frente a una imagen de la Virgen de Bielorrusia, rezó por todos los que sufren a causa de la guerra.


Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- “La pasión por la evangelización, el celo apostólico, una dimensión vital para la Iglesia”, será el tema del nuevo ciclo de catequesis de las audiencias generales de los miércoles del Papa Francisco. Lo anunció hoy el mismo pontífice cuando se dirigió a los fieles en el Aula Pablo VI, afirmando que era "un tema urgente y decisivo para la vida cristiana". “Cuando la vida cristiana pierde de vista el horizonte del anuncio - explicó - se enferma, se encierra en sí misma, se vuelve autorreferencial, se atrofia. Sin celo apostólico, la fe se marchita. La misión, en cambio, es el oxígeno de la vida cristiana: la tonifica y la purifica".

Como primer paso de este camino, Francisco comentó un episodio emblemático del Evangelio: la llamada del apóstol Mateo, que estaba "sentado en el banco de los  impuestos" (Mt 9, 9-13). “A los ojos de Jesús -comentó el Papa- Mateo es un hombre con sus miserias y sus grandezas. Y mientras Mateo está distanciado de su pueblo, Jesús se acerca a él, porque cada hombre es amado por Dios. Esta mirada que ve al otro, sea quien sea, como destinatario del amor, es el comienzo de la pasión evangelizadora".

Por eso se plantea la pregunta: ¿cómo es nuestra mirada hacia los demás? “Como cristianos, ¿nos decimos 'es uno de los nuestros' o 'no es uno de los nuestros'? Esta no es la mirada de Jesús: Él siempre mira a cada uno con misericordia y predilección. Y los cristianos están llamados a hacer lo mismo que Cristo, mirando especialmente, como Él, a los que están 'alejados'".

Jesús también le dice a Mateo: "Sígueme", y hace que se levante del lugar donde tenía autoridad sobre los demás. “Lo saca de ese estar sentado para recibir a los demás y lo pone en movimiento hacia los demás; lo hace abandonar una posición de supremacía para ponerlo a la par con sus hermanos y abrirle los horizontes del servicio. Eso es lo que hace el mismo Cristo, y es fundamental para los cristianos. Nosotros como discípulos de Jesús, nosotros como Iglesia, ¿estamos sentados esperando que venga la gente o sabemos levantarnos, ponernos en camino con los demás, salir a buscar a los demás?”.

Una mirada, un movimiento y, por último, una meta. “Podemos imaginar que, habiendo cambiado la vida de ese hombre, el Maestro lo conduce hacia nuevos encuentros, nuevas experiencias espirituales. Pero no, o por lo menos no de inmediato. Mateo vuelve a su entorno, pero vuelve cambiado y con Jesús. Su celo apostólico no comienza en un lugar nuevo, puro e ideal, sino allí donde vive, con las personas que conoce”.

Un ejemplo que constituye un mensaje para todos: “No debemos esperar a ser perfectos y haber recorrido un largo camino siguiendo a Jesús para dar testimonio de Él; nuestro anuncio comienza hoy, allí donde vivimos. Y no comienza tratando de convencer a los demás, sino dando testimonio cada día de la belleza del Amor que nos ha mirado y nos ha hecho levantar. En efecto, como nos enseñó el Papa Benedicto -concluyó-, 'la Iglesia no hace proselitismo. Más bien crece por atracción'. Ese testimonio  atractivo y gozoso es la meta a la que Jesús nos lleva con su mirada de amor y con el movimiento de salida que su Espíritu despierta en el corazón”.

En los saludos a los grupos de peregrinos, el Papa invitó una vez más a no olvidar a la martirizada Ucrania: “a este pueblo que está viviendo crueles sufrimientos, expresamos nuestro afecto, nuestra cercanía y nuestras oraciones”. Y también hizo notar la presencia en la sala de una estatua de la Virgen del Pueblo que se venera en Bielorrusia, otro pueblo “que sufre las consecuencias de la guerra”.