Singapur, 14 años de prisión para la mujer que torturó hasta la muerte a una empleada birmana
de Steve Suwannarat

La sentencia por agresión -no por homicidio- contra Prema Naraynasamy se dictó seis años después de la desaparición de Piang Ngaih Don, una trabajadora doméstica de 24 años. Debido a la violencia física y psicológica la joven, originaria de Myanmar, había llegado a pesar 24 kilos. En la ciudad-estado está muy extendida la creencia de que algunas nacionalidades tienen una mayor disposición a la sumisión.

 


Singapur (AsiaNews) - Seis años después de la muerte de una empleada doméstica de 24 años de origen birmano, llamada Piang Ngaih Don, se emitió la condena contra la mujer, responsable de privar de alimentos, torturar y segregar a la joven, y su hija. El caso ha llamado la atención de los medios y la opinión pública sobre el destino de miles de trabajadoras domésticas y cuidadores de personas que son víctimas de los estereotipos con los que los que, sobre todo las extranjeras, son vistas y tratadas en Singapur. Por ejemplo, se cree que algunas nacionalidades, entre ellas la birmana, tienen una mayor disposición a la sumisión.

Prema S. Naraynasamy de 64 años, pese a que evitó un cargo de homicidio, fue sentenciada el 9 de enero por agresión a 14 años de cárcel, computados a partir de la fecha de su arresto el 26 de julio de 2016. Su hija de 41 años, Gaiyathiri Naraynasamy, empleadora legal de Piang Ngaih Don, ama de casa y ex esposa de un policía, fue sentenciada a 30 años de cárcel el 22 de junio de 2021. Su ex esposo, quien se divorció de Gaiyathiri en 2020 tras ser suspendido de sus funciones en 2016, también debe responder a varios cargos en relación con el caso.

Las investigaciones y el juicio han puesto de manifiesto circunstancias que, como confirmó el fiscal adjunto Senthilkumaran Sabapathy, lo convierten en uno de los peores casos de abuso contra un trabajador extranjero.

La brutalidad contra la empleada birmana había comenzado en octubre de 2015, poco después de haber llegado, en un crescendo de agresiones físicas y psicológicas que la condujeron a la muerte. Privada de la posibilidad de alimentarse y descansar adecuadamente, le habían impedido lavarse y había sido obligada a usar el baño siempre con la puerta abierta. Fue sometida a palizas todos los días. "Arrastrada por la casa como una muñeca de trapo" -confirmó la acusación- su vida era "poco menos que una pesadilla con los ojos abiertos y Prema es en gran medida responsable de eso".

En los últimos 15 días de su vida, además, Piang Ngaih Don había sido atada a la reja de una ventana en el dormitorio de la mujer y obligada a dormir en el suelo. A su muerte, producida por un fuerte traumatismo en el cuello, la joven pesaba 24 kilos, 15 menos que cuando fue contratada.

Es difícil entender las razones de semejante ensañamiento si no es por un sentimiento de poder e impunidad, exacerbado por problemas ya existentes en la familia. Piang Ngaih Don también ha sufrido las consecuencias de las ideas equivocadas de las que son víctimas muchos extranjeros que vienen a Singapur a trabajar como empleados domésticos, permitiendo a las familias locales hacer carrera en su profesión y prosperar. Estos trabajadores tiene serias dificultades para hacer valer sus derechos, tanto en su país de origen como en el país de destino.