Bishkek intensifica la lucha contra la pobreza
de Vladimir Rozanskij

Amplían a 1.000 euros el plan de subsidios para familias desfavorecidas. Los beneficiarios pueden utilizar la suma para poner en marcha una actividad y convertirse en autónomos. Sigue el modelo chino. Sin embargo, se teme que haya mucho despilfarro: muchos kirguises quieren el dinero, pero no les interesa utilizarlo en emprendimientos laborales.

 


Moscú (AsiaNews)- Kirguistán ha decidido adoptar medidas enérgicas para combatir la pobreza en un momento de grave crisis económica y siguiendo el ejemplo de las políticas chinas. En 2023 se distribuirá una subvención de 100.000 som (cerca de 1000 euros) a 10.000 familias sin recursos para que puedan generar una fuente de ingresos independiente. El año pasado una política similar benefició a 2.800 familias, y las autoridades afirman que resultó muy efectiva.

Sin embargo, economistas y empresarios kirguises advierten que para dar verdadera continuidad a estos proyectos es necesario elevar los conocimientos financieros de los ciudadanos a fin de evitar que estos fondos se desperdicien. La prensa local cita varios ejemplos edificantes, como el de Almaz, un ciudadano de Bishkek que el año pasado, gracias al subsidio llamado "Contrato Social", pudo abrir un pequeño comercio.

Como cuenta Almaz, “ya ​​recibíamos una pequeña ayuda mensual y nos dijeron que podíamos tener 100 mil som de una vez, pero que se suspendía el subsidio. Entonces comencé a comprar frutas y verduras y venderlas en los mercados, y me fue bastante bien". El dinero está vinculado a la iniciativa empresarial: es necesario presentar un plan de negocios, que se elabora con la ayuda de una oficina especial, y si funciona, se puede obtener un nuevo préstamo al cabo de tres años, e incluso duplicarlo a 200 mil som, con ventajas en la cuotas del crédito y la apertura de una cuenta bancaria.

Otro habitante de la capital, Stalbek Isakov, con el dinero que recibió se compró a plazos un Honda Civic comenzó a trabajar como taxista, elevando significativamente su nivel de vida. “Cuando falleció mi esposa me quedé con dos hijos menores y sin trabajo. Hice todo el proceso pasando por 4-5 comisiones y ahora puedo pagar las cuotas y me queda lo suficiente para alimentar a toda la familia”. El Contrato Social se ofrece a los que ya reciben subsidios de supervivencia, que se suspenden para incentivar las actividades laborales.

El proyecto piloto se puso en marcha en 2021 con el apoyo de la ONU, y se aplicó a 50 familias en las regiones pobres de Džumgal y Kadamžaj. El 15 de julio pasó a ser una política estable del gobierno. Según datos del Ministerio de Trabajo, el 58% de los beneficiarios del subsidio se han dedicado al sector agrícola, el 24% a la industria, el 10% a los servicios y el 7% ha puesto en marcha pequeñas empresas. La ministra, NargizaTurkebekova explicó que "prestamos mucha atención a la puesta en marcha de las iniciativas, como la preparación de la alimentación y las visitas veterinarias para los que han comprado ganado productivo".

El primer ministro Akylbek Žaparov ha anunciado que estos programas continuarán y se ampliarán, comprometiendo más de mil millones del presupuesto estatal, adaptando el modelo chino que digitaliza cuidadosamente todos los datos de los beneficiarios y controla las condiciones de pobreza con parámetros más detallados y personalizados. “En China se presta mucha atención a los huérfanos, las personas solas y los jubilados, ofreciendo reparaciones y calefacción en los hogares y tecnologías para la vida cotidiana. Las autoridades vinculan estas medidas a la concesión del subsidio para la producción a uno de los miembros de la familia, del que muchos pueden disfrutar”, explicó el primer ministro.

Uno de los grupos beneficiados por las ayudas del Estado está integrado por las mujeres de la asociación de jóvenes emprendedoras Nurluu kayrjmduu kyzdar, que desde el inicio de la pandemia de Covid-19 comenzó a ayudar a personas indigentes que no estaban en condiciones de defenderse de la enfermedad. La presidenta Inaat Nimatova advierte que para que las ayudas estatales sean realmente eficaces hay que hacer un esfuerzo para educar a los ciudadanos: "En un orfanato de la región de Chujsky colocamos 10 máquinas de coser y recomendamos a los encargados que supervisaran a los huérfanos las 24 horas del día. Los alentamos a aprender un oficio que les será útil toda la vida. Pero no siempre funciona, la mayoría de las personas solo quiere recibir ayuda gratis y no se esfuerza por participar en actividades sociales y laborales".

Sin embargo, las emprendedoras aseguran que se pueden generar puestos de trabajo. "Al menos 5.000 en el sector textil, si solo consiguiéramos que no se desperdicie todo el dinero repartido".