El robo de una estatua budista reaviva las tensiones culturales entre Corea y Japón
de Guido Alberto Casanova

El Tribunal de Apelación surcoreano de Daejeon revocó un veredicto anterior: el objeto debe regresar al templo japonés de la isla de Tsushima. La decisión divide a la opinión pública. El Bodhisattva en cuestión había sido fabricado en Corea pero robado en Japón.


Seúl (AsiaNews) - El Tribunal de Apelación de Daejeon (Corea del Sur) dictó sentencia sobre el robo de una estatua budista, fabricada en Corea pero robada en Japón, anulando un veredicto anterior y subrayando lo difíciles que pueden ser las relaciones entre los dos vecinos asiáticos. La desconfianza es mutua, alimentada por una aversión y un resentimiento que resurgen periódicamente, sobre todo cuando se trata de cuestiones de identidad cultural como la que tuvo que juzgar el tribunal de Daejeon.

El caso se remonta a 2012, cuando unos ladrones surcoreanos robaron unas obras de gran valor artístico del templo budista de Kannon, situado en la isla japonesa de Tsushima. Las introdujeron de contrabando en Corea con la intención de revenderlas, pero la policía de Seúl logró detenerlos y confiscar los objetos. Aunque devolvieron algunos de ellos, el templo de Buseok impidió la devolución de la estatua de un Bodhisattva y reclamó su propiedad original.

En efecto, la estatua data de 1330 y fue producida por el propio templo surcoreano, situado en Seosan, a unos 100 kilómetros al suroeste de Seúl. Según Buseok, la estatua había sido confiscada como botín por piratas japoneses que habían asaltado la costa de Corea y finalmente llegó al templo de Kannon, en Tsushima, durante la primera mitad del siglo XVI.

En 2016, el templo budista surcoreano, apoyado por colectivos ciudadanos, había solicitado al Gobierno de Seúl que no devolviera la estatua a las autoridades japonesas y que, en su lugar, reconociera su propiedad al templo de Buseok. Al año siguiente, un tribunal de primera instancia falló a favor del templo surcoreano, lo que generó chispas entre los dos países.

Sin embargo, el Tribunal de Apelación de Daejeon revocó recientemente la sentencia de primera instancia que reconocía la propiedad al templo surcoreano. Aunque subrayan que lo más probable es que la estatua llegara a Japón ilegalmente, los jueces consideran que no hay pruebas concretas de que el actual templo de Buseok sea también el propietario original de la estatua. El tribunal también reconoció la propiedad al templo de Kannon porque durante unos 60 años, a partir de 1953, cuando se registró legalmente el templo japonés, la estatua estuvo expuesta "abierta y pacíficamente", lo que convertiría al templo japonés en propietario legítimo por usucapión.

En Corea del Sur, donde aún existe un fuerte sentimiento antijaponés que se remonta a los tiempos de la colonización del siglo pasado, la opinión pública está dividida respecto a la devolución de la estatua a Japón.

El abogado del templo de Buseok dijo que se presentaría un recurso, mientras que el responsable del comité civil y religioso surcoreano para la devolución de la estatua afirmó que "la sentencia de hoy es difícil de entender y carece de lógica jurídica". Por su parte, Sekko Tanaka, antiguo abad del templo japonés, se mostró satisfecho pero lamentó que lo que en el fondo es un simple caso de robo se haya prolongado durante más de una década.