Papa: ‘Estoy cerca de las víctimas del terremoto en Turquía y Siria, probadas por la guerra’

En la audiencia general hizo un llamado a la solidaridad con quienes sufren la devastadora calamidad. En su discurso a los fieles, el pontífice repasó las etapas de su viaje de paz a la República Democrática del Congo y Sudán del Sur, con una nueva amonestación sobre la "vergüenza de quienes dicen que ayudan y venden armas". "Dios no pone su esperanza en los grandes y poderosos, sino en los pequeños y humildes".


Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - “Animo a todos a solidarizarse con esos territorios, que ya han sido martirizados por una larga guerra". De esta manera el Papa Francisco, al final de la audiencia general celebrada como cada miércoles en el Aula Pablo VI del Vaticano, invitó esta mañana a los fieles a acercarse a los afectados por el terremoto que causó miles de muertos y heridos en Turquía y Siria. “Con conmoción rezo por ellos y expreso mi cercanía a estos pueblos, a los familiares de las víctimas y a todos aquellos que sufren por esta devastadora calamidad. Agradezco a todos los que se esfuerzan por llevar socorro. Rezamos juntos para que estos hermanos y hermanas nuestros puedan ir adelante, superando esta tragedia, y pedimos a la Virgen que los proteja”.

Previamente, en su discurso a los fieles, el Papa Francisco había recorrido las etapas del viaje apostólico que realizó en los últimos días a la República Democrática del Congo y Sudán del Sur. "Doy gracias a Dios que me ha permitido realizar este viaje, deseado desde hace tiempo", comentó. "Dos 'sueños': visitar al pueblo congoleño, custodio de un país inmenso, pulmón verde de África, tierra rica en recursos y ensangrentada por una guerra que nunca termina porque siempre hay alguien que aviva el fuego. Y visitar al pueblo sursudanés, en una peregrinación de paz junto con el arzobispo de Canterbury Justin Welby y el moderador general de la Iglesia de Escocia, Iain Greenshields: fuimos juntos a dar testimonio de que es posible y necesario colaborar en la diversidad, especialmente si se comparte la fe en Cristo".

“Ante las autoridades de Kinshasa", continuó el Papa, "dije dos palabras: la primera es negativa: ‘¡Basta!’, ¡basta de explotar África! La segunda es positiva: juntos, juntos con dignidad y respeto mutuo, juntos en el nombre de Cristo, nuestra esperanza". El Pontífice recordó también los estremecedores testimonios de algunas víctimas congoleñas, "especialmente mujeres, que depositaron a los pies de la Cruz armas y otros instrumentos de muerte. Con ellos dije 'no' a la violencia y la resignación, 'sí' a la reconciliación y la esperanza".

Sobre la peregrinación ecuménica por la paz a Sudán del Sur, el Pontífice recordó que es el punto de llegada de un viaje que comenzó en Roma en 2019 con las autoridades sursudanesas, para comprometerse a superar el conflicto y construir la paz. "Por desgracia, el proceso de reconciliación no ha avanzado mucho y el recién nacido Sudán del Sur es víctima de la vieja lógica del poder y la rivalidad, que produce guerra, violencia, refugiados y desplazados internos. Por eso, dirigiéndome a esas mismas autoridades, los invité a pasar página, a llevar adelante el Acuerdo de Paz y la Hoja de Ruta, a decir decididamente 'no' a la corrupción y al tráfico de armas y 'sí' al encuentro y al diálogo". En este sentido, el pontífice también criticó a "tantos países llamados civilizados que ofrecen ayuda, pero esta ayuda consiste en armas: es una vergüenza".

En este contexto, la peregrinación ecuménica fue un testimonio "de que la religión es fraternidad, es paz, es comunión; de que Dios es Padre y quiere siempre y únicamente la vida y el bien de sus hijos". "Dios pone su esperanza no en los grandes y poderosos, sino en los pequeños y humildes”, concluyó. “Recemos para que, en la República Democrática del Congo y en Sudán del Sur, y en toda África, germinen las semillas de su Reino de amor, justicia y paz".

Por último, como cada semana, el Papa Francisco invitó a no olvidar "el sufrimiento del pueblo ucraniano, tan atormentado: con este frío, sin luz, sin calefacción y en guerra".