El accidente en una planta de producción de oxígeno arrasó un área en un radio de un kilómetro. Hace apenas 9 meses hubo otro incendio en un almacén cercano. Se culpa a las medidas de seguridad deficientes. La hermana Zita Rema afirmó que "Los dueños de las fábricas deben preocuparse sobre todo por la vida de los trabajadores".
Dhaka (AsiaNews) - Siete personas murieron y otras 30 resultaron heridas en una explosión que devastó una vez más una fábrica en Bangladés. El accidente ocurrió el sábado 4 de marzo en una planta de producción de oxígeno en Sitakunda, distrito de Chattogram, Bangladés. Entre los fallecidos había dos católicos, Salem Richel y Raton Nokrek; otros operarios de la planta, Ripon Banory y Paulinis Rema, resultaron gravemente heridos. Los cuatro provienen de la diócesis de Mymensingh. Todos los heridos están en el Hospital de Chattogram, algunos en estado crítico.
La explosión afectó un área de un kilómetro cuadrado aproximadamente alrededor de la planta, lo que provocó la dispersión de piezas de metal que también impactaron en los edificios cercanos. Se incendiaron tres establecimientos cerca de la planta. Una víctima dijo que en el momento de la explosión estaban trabajando en el lugar cerca de 40 operarios. Debieron intervenir nueve unidades de los Bomberos de Agrabad, Kumira y Sitakunda, quienes demoraron dos horas en sofocar las llamas; también actuaron las fuerzas policiales y el ejército. Las causas de la explosión aún son inciertas, pero los investigadores del distrito de Chittagong hablan de negligencia en cuanto a la seguridad de la planta.
Incluso el alcalde de la ciudad, Rezaul Karim Chowdhury, también afirmó que los accidentes ocurren con tanta frecuencia por la negligencia de los dueños de las empresas. Hace apenas 9 meses ocurrió otro incendio en un depósito de contenedores que dejó un saldo de 50 muertos; otra tragedia ocurrió a sólo medio kilómetro del lugar de Sitakunda donde se produjo la última explosión. El alcalde explica que no es posible prevenir estos accidentes si no se respetan las normas de seguridad en el entorno de trabajo. El Ministerio de Trabajo y Empleo pagará 25.000 taka (unos 220 euros) por el entierro de los difuntos y se entregarán 200.000 taka (unos 1.800 euros) a las familias. Cada herido recibirá una indemnización de 50.000 Taka (unos 440 euros). El comisario del distrito de Chittagong dijo que también se han comprado fármacos y medicamentos para tratar a los heridos.
La hna. Zita Rema, religiosa de la etnia garo de las Hermanas Misioneras Salesianas de María Inmaculada, en la diócesis de Chattogram, desarrolla su ministerio con los trabajadores, muchos de los cuales son inmigrantes internos. Visitó a los heridos en los hospitales y explicó a AsiaNews que “este tipo de accidentes ocurren todos los años. No se garantiza la seguridad de nuestros trabajadores. Esta debería ser la principal preocupación de los propietarios de las fábricas”.