Muere Kenzaburo Oe, ganador del Nobel de Literatura y testigo de Hiroshima
de Stefano Vecchia

Falleció a la edad de 88 años. En 1994 fue el segundo japonés en recibir el prestigioso reconocimiento a la literatura. Después del accidente de Fukushima promovió una campaña para pedir el cierre de las centrales nucleares. En sus obras destaca también su capacidad para describir los dramas interiores del hombre de hoy.


Tokio (AsiaNews) - La editorial Kodansha ha comunicado esta mañana el fallecimiento del escritor japonés Kenzaburo Oe, Premio Nobel de Literatura en 1994. Tenía 88 años y su muerte, ocurrida el 3 de marzo, estaría asociada a la edad.

Su carrera como escritor fue larga y prolífica, caracterizada por prestigiosos galardones: el suyo fue el segundo Premio Nobel de Literatura que se le concedió a Japón después del de Yasunari Kawabata en 1968. Su obra estuvo influida por dos acontecimientos concretos: la experiencia de la guerra cuando era niño (tenía diez años al momento de la rendición de Japón el 14 de agosto de 1945) y la discapacidad de su hijo Hikari, que ahora tiene 59 años y es un aclamado compositor.

Los temores suscitados por la guerra marcaron su memoria, comenzando -según él mismo contaba- por el de no poder mostrar la lealtad y el espíritu de sacrificio que entonces se les exigía incluso a los niños más pequeños de Japón, pero también la experiencia de las bombas atómicas que se lanzaron sobre su país, y que inspiraron repetidamente sus obras. Un recuerdo decisivo para algunos de sus libros, como Notas sobre Hiroshima en 1965 y luego Notas sobre Okinawa en 1970.

Su propio sufrimiento y el del pueblo japonés durante el conflicto y a causa de sus consecuencias impregnan muchos de sus escritos y eran la base de su convencido compromiso pacifista y antinuclear. Tanto es así, que tras el accidente del reactor de la central de Fukushima-2 en 2011, promovió una campaña con millones de suscripciones pidiendo el cierre de las centrales nucleares. "Repetir el error de mostrar la misma falta de respeto por el camino humano mediante la construcción de reactores nucleares es la peor traición posible a la memoria de las víctimas de Hiroshima". Esto declaró a la revista The New Yorker diez días después de que la paralización de los sistemas de refrigeración que provocó el fortísimo terremoto y el aún más desastroso tsunami del 11 de marzo de hace 12 años disparara el riesgo de una nueva catástrofe nuclear.

Oe también publicó obras más introspectivas y autobiográficas, empezando por Una experiencia personal (1964), que describe a un hombre incapaz de aceptar el nacimiento de un hijo con daño cerebral en el contexto de una familia en crisis.

La larga y prolífica carrera de Oe comenzó en 1957, cuando aún era estudiante de literatura francesa en la Universidad de Tokio, con la publicación de La presa. Esta cruda visión del destino de un aviador afroamericano capturado en un pueblo japonés le valió el Premio Akutagawa al año siguiente, con sólo 23 años.

Para el público mundial, El grito silencioso, publicado en Japón en 1967 y traducido posteriormente a numerosos idiomas, fue su perturbadora tarjeta de visita. Aquí mostraba las características subrayadas en la motivación del Premio Nobel que le otorgaron en 1994: su capacidad para "crear con fuerza poética un mundo imaginario donde la vida y el mito se condensan para formar una imagen desconcertante de la difícil condición humana de nuestros días".