La 'neutralidad' turkmena, herencia de los partos
de Vladimir Rozanskij

Lo demostraría un descubrimiento reciente. Erudito turkmeno: el Imperio Parto fue el primer estado de la historia mundial con un estatus neutral jurídicamente establecido. La familia Berdymukhamedov basa su poder en el respeto de las culturas tradicionales.

 


 

Moscú (AsiaNews)- El canal de televisión pública turkmeno Mir 24, que depende del Ministerio de Relaciones Exteriores, emitió un reportaje sobre el “sensacional” descubrimiento del historiador de Turkmenistán, Džuma Orazklyčev. Este demostraría que el Imperio Parto, antepasado del pueblo turkmeno en el siglo III a.C., fue el primer “Estado neutral” de la historia, justificando con esas raíces ancestrales la política actual del país gobernado por la familia Berdymukhamedov.

El historiador debió analizar minuciosamente más de 40 mil páginas de textos antiguos, tarea que le llevó más de un año. Entre otras, también se encontrarían pruebas de la neutralidad de los partos en las obras del filósofo de la antigua Grecia Plutarco y del historiador romano Tácito. En conclusión, afirma Orazklyčev, "han surgido pruebas irrefutables, con referencias a fuentes directas, de que el Imperio Parto fue el primer Estado de la historia mundial con un estatus neutral establecido jurídicamente".

Los partos ocuparon el territorio de los actuales Irán, Irak, Afganistán, Pakistán y parte de Turkmenistán. El ex presidente Gurbanguly Berdymukhamedov ha afirmado reiteradamente en numerosas entrevistas que los turkmenos son los verdaderos fundadores de Partia y el Imperio selyúcida. El informe del historiador confirma que “nuestro Estado se mueve según las más auténticas directrices heredadas de nuestros grandes antecesores”.

No es la primera vez que Orazklyčev hace declaraciones que atribuyen a los partos la raíz original del estado y la neutralidad turkmena. En algunas publicaciones anteriores (la última de 2019) comentó el pacto del Imperio parto con los romanos, que sería una de las principales pruebas de la "superioridad neutral" de los partos desde los tiempos más remotos. El imperio parto, fundado por Arsaces I en el 247 a.C. -razón por la cual también se le llama Imperio Arsácida- se extendía hasta la Mesopotamia y estaba atravesado por la antigua Ruta de la Seda, que conectaba el Imperio Romano en la cuenca mediterránea con el chino y permitía florecientes tráficos comerciales.

Los "reyes de reyes" arsácidas gobernaron con un sistema descentralizado, colocando sátrapas y reyes vasallos en las diversas regiones, y durante un tiempo la capital estuvo en Nisa, a 15 kilómetros de la actual capital turkmena Ashgabat. De hecho, Roma y Partia se disputaran el control del reino de Armenia durante siglos, sin conseguir imponerse el uno al otro, lo que condujo en la práctica a una paz armada que, según las actuales investigaciones turkmenas, se tradujo en la decisión de optar por la neutralidad. Por otra parte, las luchas internas dentro del imperio eran mucho más peligrosas para los partos que las invasiones extranjeras.

La cultura sincretista de los partos ha alentado a los investigadores de Turkmenistán a considerarlos incluso antecesores de muchos otros pueblos y culturas, como los incas y los aztecas, los vikingos y los propios chinos. Precisamente esas pretensiones de universalidad turkmena habían justificado las soluciones que el gobierno de Ashgabat ha propuesto en los últimos años para "prevenir" la propagación de la pandemia de Covid-19, que según la versión oficial nunca ha penetrado en Turkmenistán.

El entonces presidente Gurbanguly Berdymukhamedov había pedido a la Academia de Ciencias que investigara en las culturas tradicionales, a las que el país puede remitirse más que ningún otro en el mundo, las medidas necesarias para la seguridad sanitaria. Por eso el presidente decidió utilizar el "harmal" (ruda siria), cuyos vapores -que se pueden inhalar o simplemente difundir en el ambiente- contienen todas las propiedades necesarias para evitar cualquier tipo de contagio.

Investigaciones posteriores condujeron después al consumo de "solodka", un antiguo regaliz aún más fácil de ingerir, para garantizar a los turkmenos la inmunidad y la "neutralidad" del cuerpo y del alma.