PMA: más de la mitad de la población siria 'pasa hambre'

Doce años de guerra, pobreza y el reciente terremoto han puesto de rodillas al país. Cerca de 12,1 millones de sirios sufren inseguridad alimentaria y más de tres millones se encuentran en situación de hambre, el doble que en 2018. Solidaridad y ayuda de los Maristas Azules de Alepo, pero preocupan las consecuencias en la salud psicológica de adultos y niños.

 


Alepo (AsiaNews)- Más de la mitad de la población de Siria, país que ha sufrido el devastador terremoto del 6 de febrero con epicentro en Turquía y desde hace 12 años es escenario de un sangriento conflicto, “padece hambre”. Los expertos del Programa Mundial de Alimentos (PMA) alertaron nuevamente sobre la situación de un país que, sumado a las dramáticas consecuencias de la guerra, está sufriendo lo que se denomina "bomba de la pobreza", que provoca un número aún mayor de muertos. Un balance dramático que entre marzo de 2011 y el mismo mes de 2021 dejó un saldo de más de 350 mil muertos -uno de cada 13 era un niño- y cerca de 5,5 millones de refugiados, de los cuales 3,5 huyeron a Turquía. A ellos hay que sumarles los 6,5 millones de desplazados internos, creando una situación cada vez más explosiva.

Según el último informe del PMA publicado hoy, alrededor de 12,1 millones de sirios sufren inseguridad alimentaria y más de tres millones se encuentran al borde del hambre propiamente dicho. La cifra por lo menos duplica la de 2018, cuando el conflicto estaba en el momento más sangriento, lo que confirma un rápido deterioro de la calidad de vida -vinculado a las sanciones internacionales e intereses contrapuestos- incluso en una fase menos cruda de la guerra.

Los datos del informe muestran que el 28% de los niños sufre consecuencias en su crecimiento y desarrollo. Kenn Crossley, director nacional del PMA en Siria, enumera las dificultades a las que ha tenido que hacer frente la población: “Bombardeos, desplazamientos, aislamiento, sequía, colapso económico y, ahora, terremotos de proporciones impresionantes. Los sirios -advierte- son "notablemente resilientes", pero es hora de que "el mundo diga basta" a este conflicto. El salario promedio cubre solo una cuarta parte de las necesidades alimentarias de una familia, los precios siguen aumentando y también hay una grave escasez de combustible y cereales relacionada con la invasión rusa de Ucrania.

La pobreza, la guerra y la devastación causada por el terremoto son algunos de los temas de la carta desde Alepo número 46 que publicó ayer el Dr. Nabil Antaki de los Maristas Azules. El terremoto en la antigua capital económica y comercial del país dejó un saldo de 458 muertos, más de 1.000 heridos y el derrumbe total de unos 60 edificios. Cientos de otros edificios, que ya mostraban los signos evidentes de la guerra, sufrieron daños que no se pueden reparar y deben ser demolidos, otros miles todavía no se pueden utilizar, lo que ha dejado sin techo a cientos de miles de personas.

Desde el principio, los activistas cristianos han estado en primera fila en las tareas de socorro: "En los últimos 20 días - escribe Antaki - nuestra residencia ha recibido a cientos de personas, en número variable dependiendo de las partidas y llegadas" para ofrecerles refugio, comida, ropa y un baño caliente “Más allá del grave costo humano y material -prosigue- hay traumas psicológicos en las personas de todas las edades. Hoy, a 35 días del terremoto, adultos y niños todavía están sufriendo las consecuencias del shock, la angustia y la desesperación, tienen pesadillas y piensan que lo peor todavía está por venir”.