Después de 26 años, un ministro alemán visita Taipéi: los microchips, en primer plano

Se firmó un acuerdo de cooperación tecnológica entre los dos países. Berlín corre el riesgo de enfurecer a China, su principal socio comercial. Las autoridades alemanas mantienen conversaciones avanzadas para la construcción de una fábrica de TSMC -primer productor mundial de chips- en Alemania. El nudo de las subvenciones de la UE.


Taipéi (AsiaNews) - La ministra alemana de Educación e Investigación, Bettina Stark-Watzinger, asistió hoy a la firma de un acuerdo de cooperación científica y tecnológica entre su país y Taiwán. La parte taiwanesa destacó que el acuerdo abarca sectores como los microchips, la inteligencia artificial, las baterías de litio y el desarrollo de energías sostenibles.

Hacía 26 años que un ministro alemán no visitaba Taipéi. Se trata de un tema delicado para Berlín, teniendo en cuenta sus lazos económicos estrechos con Beijing. En 2022, por séptimo año consecutivo, China se confirmó como el primer socio comercial de Alemania.

En los dos últimos años, los representantes políticos occidentales, principalmente europeos, han intensificado sus viajes a Taiwán. Como era de esperar, estas misiones enfurecen a los chinos: para China, Taipéi es una "provincia rebelde" que debe ser reunificada incluso con el uso de la fuerza. Beijing no quiere que los gobiernos con los que mantiene relaciones diplomáticas formales -tal es el caso de Alemania- mantengan relaciones de Estado con los taiwaneses, pues ello es visto como un apoyo a las fuerzas independentistas de la isla.

Sin embargo, Alemania sigue siendo el país europeo mejor situado para acoger la primera fábrica europea de la taiwanesa TSMC, el mayor productor mundial de chips. Según informa Reuters, la empresa taiwanesa mantiene negociaciones avanzadas con el gobierno de Sajonia, un estado del este de Alemania.

Se espera que la planta se construya en la zona industrial de Dresde, un importante centro tecnológico; la producción se centrará muy probablemente en chips para automóviles, el buque insignia de la industria alemana.

La conclusión del acuerdo, sin embargo, depende de que TSMC obtenga subvenciones de las autoridades alemanas, que a su vez recurren a los fondos asignados por la Unión Europea en el marco del Chips Act, el plan europeo para producir autónomamente parte de los semiconductores necesarios para su propio desarrollo tecnológico.