Comunidad Aborigen de Pahang: convertidos al Islam por la fuerza, quieren recuperar su identidad
de Steve Suwannarat

Se trata de 137 personas que no comprendían el malasio al momento de su conversión al Islam. En los planes y censos del gobierno, se los asociaba con la comunidad musulmana. El caso ha reavivado la atención sobre los orang asli, una comunidad aborigen que sigue siendo marginada en algunas zonas. La matriculación de niños en sus escuelas está disminuyendo.


Kuala Lumpur (AsiaNews) - El caso de la presunta conversión forzada de una pequeña comunidad tribal en el estado malasio de Pahang ha reavivado la atención sobre los orang asli. Se trata de grupos étnicos minoritarios que a veces son asociados a la comunidad musulmana y rotulados como conversos al islam en los planes y censos gubernamentales, incluso cuando no lo son. Hay 137 personas que denunciaron una conversión masiva en Pahang, que tuvo lugar en abril de 1993. Se trata de miembros de la etnia bateq mayah, de creencias animistas, que pretenden recuperar su identidad original mediante una acción civil.

Según los abogados a cargo de su protección legal, estas personas fueron engañadas al momento de su conversión, ya que no comprendían el idioma. Muchos años después -cuando algunos aprendieron a leer en malasio- se dieron cuenta de su condición, en violación de la Ley de Pueblos Aborígenes de 1954, que tiene por objeto tutelar sus tradiciones y proteger a los indígenas de la explotación y la discriminación.

El Departamento de Desarrollo de los Orang Asli (JAKOA, por sus siglas en malasio), el Consejo de Tradiciones Islámicas, Religiosas y Malayas de Pahang, el gobierno local y el gobierno federal han sido llamados a declarar por su corresponsabilidad en el asunto, en el que estarían implicados otros grupos de la misma zona.

La realidad es que el debate sobre los orang asli lleva tiempo abierto y la política también desempeña un papel importante, a veces a favor de su integración (porque representan una reserva de votos) o, por el contrario, dirigida a promover su diversidad.

Las consecuencias de la integración parcial de los pueblos aborígenes se observan sobre todo en el ámbito de la educación: en el alumnado que debiera comenzar la enseñanza secundaria, el porcentaje de orang asli descendió del 20% al 17% en 2016 , situándose entre el 13% y el 15% solo dos años después, y marcando una tendencia negativa también en los años siguientes. El Departamento de Desarrollo de los Orang Asli confirmó que en las 99 escuelas específicas de estos grupos, incluidas 97 escuelas primarias, de los 3.200 estudiantes matriculados en el primer año, solo 2.062 llegaron a quinto grado en 2021, con una tasa de abandono escolar del 42%. La situación de los jóvenes nativos que estudian en escuelas públicas es mejor, con 27.326 y 12.980 alumnos de primaria y secundaria respectivamente. 

El acoso que sufren los miembros de comunidades aborígenes explica, en parte, este fenómeno. Para frenar esta tendencia preocupante, se ha puesto en marcha un proyecto que procura incluir a profesores de los grupos aborígenes e iniciativas para motivar a los   alumnos a permanecer en la escuela. Sin embargo, a nivel de empleo, ingresos y oportunidades, la realidad de los orang asli también lidia con muchas cuestiones críticas. En cuanto a la integración, según los expertos, sigue siendo crucial difundir el conocimiento de la comunidad entre los malasios, por ejemplo, incluyendo información adecuada en materias y cursos de historia y cultura.