Riad en la OCS: Xi corteja al ‘Hemisferio Sur’ contra EEUU y sus aliados
de Emanuele Scimia

Los saudíes ingresan como socios en el foro político-militar liderado por Beijing y Moscú. A pesar de la mediación china, la rivalidad regional entre Arabia Saudita e Irán promete continuar. Sin embargo, China incorpora a su órbita a un aliado de Washington. Los chinos tienen más dificultades en su propio "patio trasero".


Roma (AsiaNews) - La entrada de Arabia Saudita en la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) es otro golpe diplomático de Xi Jinping. El 10 de marzo llegó el anuncio de que China había mediado en la firma de un acuerdo entre saudíes e iraníes para la reanudación de las relaciones diplomáticas tras siete años de interrupción.

El " Hemisferio Sur" es la zona del planeta más afectada por la acción diplomática china, en un esfuerzo por contrarrestar las maniobras de Estados Unidos y sus aliados para contener el ascenso geopolítico de Beijing

Con su decisión del 29 de marzo, los saudíes entran en la OCS como socios de diálogo, el primer paso hacia una participación plena. Liderado por China y Rusia, el foro de consultas político-militares reúne a ex repúblicas soviéticas y a países como India, Irán, Pakistán y Turquía con diversos grados de afiliación.

En realidad, la presencia de actores con intereses no sólo "divergentes" sino también "contrapuestos" resta eficacia a la agrupación. La llegada de Riad añade otro elemento de incertidumbre. La pertenencia común a la OCS no ha favorecido la distensión entre China e India, que llevan casi tres años enfrentadas a lo largo de la disputada frontera del Himalaya. Lo mismo puede decirse de las persistentes tensiones entre Delhi e Islamabad por Cachemira.

La mediación china entre saudíes e iraníes indica una creciente conciencia diplomática por parte de Beijing, que está dispuesta a asumir responsabilidades que también podrían dar lugar a cifras desagradables. Es indiscutible que el peso de China en Oriente Medio es cada vez mayor, pero un asunto muy diferente es conseguir resultados concretos en la región.

El intercambio de diplomáticos entre Irán y Arabia Saudita, al igual que su pertenencia mutua a la OCS, no pondrá fin, desde luego, a su rivalidad regional: como mucho, ésta se volverá "más predecible".

En cuanto al acuerdo con los saudíes, el verdadero éxito de Xi es haber conseguido atraer a la órbita china al que debería ser un sólido aliado de Estados Unidos. Más hábil en política exterior que en política económica interna, el presidente chino sigue ganando puntos en el Sur del mundo para compensar las dificultades en su "patio trasero".

China intenta alejar la esfera de la influencia estadounidense al Pacífico Occidental, pero hasta ahora los resultados han sido escasos. Los países del sudeste asiático no desean un conflicto entre Beijing y Washington, pero tampoco una hegemonía china, y aceptan el rol de equilibrio que aporta Estados Unidos.

Japón continúa armándose en clave anti-china. Tokio también ha confirmado hoy que limitará la exportación de equipos de producción de microchips, una medida en línea con las exigencias estadounidenses para frenar el avance tecnológico chino, y Corea del Sur avanza en la misma dirección..

El 13 de marzo, Estados Unidos, Australia y el Reino Unido revelaron los detalles de AUKUS, el pacto militar firmado en septiembre de 2021 para dotar a Canberra de submarinos de propulsión nuclear.

Xi también fracasa en su viejo intento de "despegar" a Europa de Washington. Ayer, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, declaró que la evolución de las relaciones entre China y Putin será el "factor determinante" para el futuro de las relaciones sino-europeas.